Ciencia

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"Hace 115 años fue fundada la Academia Checa de Ciencias" y... "La salud de los bosques checos sigue deteriorándose"- éstos son los temas que les ofreceremos en la presente edición de Ciencia y tecnología.

Josef Hlávka fue el fundador de la Academia Checa de Ciencias

El 15 de mayo de 1891 el archiduque Carlos Ludovico, hermano del emperador austro-húngaro Francisco José I, inauguró en Praga una grandiosa Exposición Nacional. En los cinco meses de su duración fue visitada por dos millones y medio de personas. En aquel entonces Bohemia, Moravia y Silesia tenían un total de seis millones de habitantes. Simultáneamente con la exposición empezó a funcionar una importante institución: la Academia Checa de Ciencias.

El rico constructor Josef Hlávka concibió en 1877 la idea de instituir una fundación para el otorgamiento de premios a excelentes obras científicas y literarias checas. Después de diez años cambió de idea y decidió fundar la Academia Checa. La institución debía llevar el nombre del emperador Francisco José en señal de la gratitud de la nación checa por su reinado de 40 años.

Sin embargo, no fue sino en enero de 1890 que el soberano aprobaba el proyecto de estatutos de la Academia Checa del emperador Francisco José I para las ciencias, la literatura y las artes.

En un acto solemne, celebrado el 18 de mayo de 1891 en el edificio engalanado del Museo del Reino de Bohemia, en Praga, el archiduque Carlos Ludovico declaró instituida la Academia Checa del emperador Francisco José I.

De los 19 primeros miembros de la Academia cuatro eran especialistas en Ciencias Exactas: tres matemáticos y un físico. El único técnico, Josef Hlávka, se convirtió en el presidente vitalicio de la Academia.

La Academia fundada por Josef Hlávka funcionó hasta 1952 cuando fue disuelta por el régimen comunista y sustituida por la Academia Checoslovaca de Ciencias, instituida según el modelo soviético.


La salud de los bosques checos sigue deteriorándose

Los especialistas advierten de que la salud de los bosques checos sigue deteriorándose y que éstos ya no tienen casi la capacidad de afrontar las plagas, los temporales, las enfermedades causadas por hongos y el suelo ácido. Cada uno de estos riesgos se transforma en una calamidad.

Los expertos afirman que existe un solo remedio: un radical cambio de la explotación de los bosques. De otra manera se convertirán en una especie de plantaciones sin vida, destinadas sólo para la producción de madera.

Según un informe firmado por 230 especialistas, los bosques están gravemente enfermos no sólo debido a la contaminación atmosférica que los diezmó en el pasado, sino también debido al predominio de las monoculturas.

Los expertos llaman la atención hacia el hecho de que han disminuido las lluvias ácidas como consecuencia de la desulfuración de las centrales térmicas. Sin embargo, la acidez del suelo en los bosques sigue aumentando. Para ello contribuyen las agujas de los árboles de las monoculturas de coníferas. En un bosque saludable deben existir tanto coníferas como árboles de hoja caduca, sostienen los científicos. Tal bosque podrá resistir a las plagas y a los temporales.

También la proliferación de corzos y venados diezma los bosques checos. Para salvar los bosques, los expertos proponen reducir en un 80 por ciento los efectivos de este tipo de caza mayor.

De las superficies taladas de los bosques las lluvias se llevan el suelo y en la tierra que queda se extinguen los microorganismos necesarios para el crecimiento de nuevos árboles.

Los expertos lo consideran como un círculo vicioso que puede ser roto sólo por un nuevo programa nacional de silvicultura.