Chequia se suma a Polonia y refuerza los controles fronterizos con Eslovaquia
La República Checa y Polonia reanudarán a partir de este miércoles los controles en la frontera con Eslovaquia. Así lo informó el ministro del Interior, Vít Rakušan en un comunicado de prensa el martes.
Debido al creciente número de inmigrantes ilegales, la República Checa introducirá controles fronterizos con Eslovaquia y está coordinando la medida con Polonia, al tiempo que Austria no descarta una intención similar.
Los controles más estrictos empezarán este miércoles con una duración de 10 días, pero con posibilidad de prórroga. El ministro del Interior checo, Vít Rakušan, escribió en la red X, antes Twitter, que se trata de un paso necesario para la lucha eficaz contra los grupos de contrabandistas y de migración ilegal.
De acuerdo con el ministro Rakušan, todo está coordinado tanto con Eslovaquia como con Polonia, país que dio el impulso final para endurecer los controles, según dijo a la Radio Checa.
“La República Checa optó por esta esta medida respondiendo a la decisión del gobierno polaco de introducir controles en la frontera entre Polonia y Eslovaquia. Para nosotros se trata de una medida preventiva para que evitar el flujo migratorio que se dirige a Polonia termine en la República Checa”.
La decisión del Ministerio del Interior fue apoyada por el jefe del gobierno, Petr Fiala, quien escribió en las redes sociales que “el número de inmigrantes ilegales en la UE está empezando a crecer de nuevo. No nos lo tomamos a la ligera y reaccionamos rápidamente ante la situación. Gracias a los controles podremos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos”.
Los controles se realizarán de manera aleatoria a lo largo de toda la frontera. La Policía checa garantizará los controles con sus propios recursos en estrecha cooperación con la Administración de Aduanas que reforzará la inspección de camiones y vehículos comerciales.
La respuesta de Eslovaquia no se hizo esperar, el primer ministro del gobierno saliente Ľudovít Ódor, anunció que tomará las réplicas necesarias porque “la migración necesita una solución europea para las fronteras exteriores. Cuando un país comienza a vigilar más su frontera, se producen efectos en cascada, todos pagaremos el precio y el resultado será muy incierto”, subrayó el jefe del Gobierno eslovaco.
De acuerdo con las estadísticas policiales, en el último tiempo ha crecido el número de inmigrantes irregulares que llegan a Eslovaquia en su camino a Alemania y Europa Occidental. En la mayoría de los casos se trata de hombres jóvenes procedentes de Oriente Próximo y Afganistán que transitan por la llamada ruta de los Balcanes que entran a Hungría desde Serbia.
La República Checa dio un paso similar a finales de septiembre del año pasado, introdujo controles fronterizos con Eslovaquia que duraron casi cuatro meses. Se aplicaron tras un fuerte aumento del número de inmigrantes ilegales, procedentes de Siria, que se dirigían a los países de Europa Occidental.
Entre la República Checa y Eslovaquia existen 27 antiguos pasos fronterizos, de los cuales 17 son por carretera, siete ferroviarios y tres fluviales. La Policía desplegará alrededor de 130 agentes en la fase inicial. Estarán asistidos por colegas de la Policía de Extranjería y otras direcciones regionales. Los controles se centrarán en vehículos seleccionados para detectar a los traficantes de personas.
