Chequia quiere apostar todo a los semiconductores
Chequia busca crecer y aumentar la producción de semiconductores, una tecnología cada vez más demandada por sectores clave como la automoción.
El mercado de semiconductores representa un elemento fundamental para ciertas industrias estratégicas. Chequia lo sabe y tanto es así que el país, al igual que gran parte de Europa, se ha propuesto apostar fuertemente en este frente.
Así, Chequia espera que la fabricación de componentes semiconductores en el país se triplique para 2029, llegando a satisfacer aproximadamente el 16% del consumo interno, según la Estrategia Nacional de Semiconductores aprobada por el gobierno.
En este sentido, se espera que el mercado de semiconductores checo experimente un crecimiento del 50% en los próximos cinco años, alcanzando un valor de casi 3000 millones de euros para 2029.
Se considera semiconductor a todo material que puede permitir o bloquear el paso de corriente.
Una tendencia europea
"La UE representa actualmente alrededor del diez por ciento de la producción mundial de semiconductores y la Comisión Europea se ha fijado el objetivo de duplicar esta proporción para 2030. Las inversiones estratégicas deberían ayudar a crear capacidades en la República Checa que nos permitan participar en este desarrollo. Las inversiones en investigación y desarrollo son clave para nosotros, pero no debemos olvidarnos de formar trabajadores en este ámbito y atraer talento del exterior", destacó Adam Hanky, director de datos del grupo tecnológico Creative Dock.
En clave checa, la estrategia del país contempla triplicar la producción de semiconductores en el país para 2029. También se espera aumentar el número de empleados en la industria a 9.000 personas y elevar en un 200% la proporción de tecnologías de semiconductores dentro de las exportaciones del país.
En la actualidad, Chequia cuenta ya con dos fábricas dedicadas a la producción de esta tecnología, ambas de propiedad extranjera. Una de ellas se encuentra en Praga y la otra en la región de Zlín, aunque la producción nacional se centra solo en circuitos integrados analógicos y semiconductores discretos, dejando de lado otros formatos cada vez demandados.