Chequia en pie: en el centro de Praga se turnan manifestaciones de todo signo

Una manifestación en la Plaza Venceslao “contra el miedo” en apoyo de Ucrania y los valores democráticos cerró un largo fin de semana algo bronco, con otra gran concentración en Praga contra el gobierno, la OTAN y la UE y hasta un Putin en una bolsa para cadáveres en la fachada del Ministerio del Interior.

Foto: Martina Schneibergová,  Radio Prague International

La Policía parece que, para evitar alguna que otra polémica reciente, informará sobre cada gran concentración en la Plaza Venceslao de Praga de que la asistencia es de “varias decenas de miles de personas”. Ese fue su vago cálculo tanto este domingo, con la organizada por la asociación Un Millón de Instantes por la Democracia, como con la del pasado viernes, Día del Surgimiento del Estado Checoslovaco Independiente, contra el gobierno y la Unión Europea, que pedía poner fin cuanto antes a la guerra en Ucrania y alcanzar acuerdos con Rusia para lograr gas a un buen precio.

Uno de los organizadores de la protesta, Ladislav Vrabel, conocido por no acudir a los juicios que tiene en su contra por importantes deudas, fue directo en su mensaje a los asistentes, muchos de los cuales lucían símbolos de apoyo a Putin o a Rusia en la guerra.

Foto: René Volfík,  Český rozhlas

“Por lo que a mí respecta lo tengo claro: fuera de la Unión Europea, fuera de la OTAN, nada de globalistas y una República Checa independiente”.

Más o menos a esa misma hora, el ministro del Interior, Vít Rakušan, sorprendía en Twitter explicando la impactante instalación desplegada en una fachada de su Ministerio: un gran mural con las banderas checa y ucraniana y, entre medias, un saco de los utilizados para transportar cadáveres con la cara de Putin asomando con los ojos cerrados y la famosa “Z” del ejército ruso de bigote, con unas medidas muy parecidas al que lucía Hitler. “Sabemos quién es nuestro amigo, que se desangra también por nuestra libertad. Y sabemos quién es nuestro enemigo”, dijo Rakušan. La instalación permanecerá desplegada, al menos, una semana, explicaron desde el Ministerio.

Volodímir Zelenski | Foto: Oficina del Presidente de Ucrania,  Wikimedia Commons,  CC BY 4.0 DEED

Esa misma noche, como es tradición, el presidente de la República Checa, Miloš Zeman, entregó en el Castillo de Praga las distinciones estales por la fiesta nacional. La más alta, la Orden del León Blanco, le fue otorgada al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, “por su valentía y coraje”. El Castillo quería que fuera la mujer del mandatario, Olena Zelenska, la que acudiera en persona para recibirlo. Horas antes se supo que no sería así, y fue uno de los funcionarios de la embajada ucraniana quien lo recogió.

Pero lo que no se quiso perder Zelenska fue precisamente la manifestación del domingo convocada por Un Millón de Instantes para la Democracia “contra el miedo y el odio”, según rezaba el lema de la concentración. La primera dama de Ucrania envió un vídeo de agradecimiento a la República Checa y denunció que Rusia ataque las infraestructuras energéticas. “Nos quieren quitar la luz. Congelarnos. Aterrarnos”, dijo Zelenska.

Foto: Martina Schneibergová,  Radio Prague International

“Pero Rusia se ha olvidado de algo, lucha contra una luz que nunca se apagará. Sé que a todos vosotros que os habéis reunido hoy en apoyo a Ucrania os brillan los ojos y os arde el corazón. Yo, así como millones de ucranianos, os agradecemos vuestro apoyo”.

Zelenska dijo en su vídeo que Ucrania vivía “la página más oscura de su historia” y que “Rusia hace tiempo que no lucha contra el ejército ucraniano, sino contra las madres que no pueden calentar la leche a sus hijos, contra los niños que no pueden estudiar sin electricidad, contra las personas mayores que sin señal de móvil no pueden llamar a sus familiares o al médico”. Sin embargo, aseguró Zelenska que aunque Rusia los intenté arrastrar a la misma oscuridad en la que viven ellos muchos años, “la oscuridad nunca vencerá”, sentenció.

Foto: Martina Schneibergová,  Radio Prague International

Otras personalidades tomaron también la palabra en la concentración, como el obispo Václav Malý, que por un lado habló de la necesidad de tomar en serio el miedo de la población checa y ayudar a los más necesitados, pero también alertó de los políticos que propagan ese miedo, a los que calificó como “comerciantes de la pobreza”.

También tomó la palabra, entre otros, el economista Tomáš Sedláček, que aseguró que “no habrá paz mientras Rusia no se deshaga de su dictador”.

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