Chequia celebra sus 15 años en la OTAN

Miloš Zeman, 15 años de pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, foto: ČTK

La República Checa celebra este miércoles los 15 años de pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza que selló el cambio de rumbo político del país iniciado en 1989 y que dio lugar a una concepción distinta de sus Fuerzas Armadas.

Miloš Zeman,  15 años de pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte,  foto: ČTK
En marzo de 1999 la República Checa ingresó en la OTAN, confirmando el cambio de alineación internacional que había iniciado tras abandonar el Pacto de Varsovia. Los checos dejaban así definitivamente de estar en la órbita rusa para formar parte, junto a sus antiguos enemigos de cuando la Guerra Fría, en operaciones militares en todo el mundo, especialmente en los Balcanes, en Irak y en Afganistán.

Así expresó el significado de este cambio de alianzas el entonces presidente checo, Václav Havel, tras la firma del tratado hace 15 años.

“Después de los muchos siglos de dramática existencia de nuestro estado, por fin está su seguridad firmemente garantizada, ya que se convierte en una parte inseparable de la seguridad de todo el mundo euroamericano”, afirmó.

La entrada de Chequia en la OTAN fue mal vista, lógicamente, por Rusia, y en el interior de sus fronteras por el Partido Comunista de Bohemia y Moravia. Aun así, el 53% de los votantes de esta formación ve como algo positivo la pertenencia a la Alianza Noratlántica, según un reciente estudio del Centro para las Relaciones Transatlánticas. En general, el 70% de los checos está de acuerdo con la pertenencia a la OTAN, siendo los votantes de derechas o centro-derecha los más entusiastas.

Reunión de la OTAN,  Bruselas,  foto: ČTK
Además de un cambio de bando, la membresía en esta organización militar ha provocado drásticas modificaciones en el Ejército checo. A comienzos de los años 90, poco después de que cayera el régimen comunista, la República Checa contaba con un enorme ejército formado por 150.000 efectivos, miles de tanques y aviones, que consumía ingentes recursos económicos y humanos. Eran unas Fuerzas Armadas preparadas para la Guerra Fría.

Ahora, con pocas posibilidades de un conflicto internacional a gran escala, las tropas checas están profesionalizadas y cuentan con solo 21.000 soldados, y sus medios materiales son más modernos y están más bien destinados a cortas operaciones en el extranjero.

El presupuesto del Ministerio de Defensa es además, cada vez menor, una tendencia que se ha visto acelerada con la crisis económica. Mientras que en 1999 la República Checa destinaba al Ejército el 2,25% del PIB, ahora sus recursos son del récord mínimo del 1,08%. La OTAN exige sin embargo un gasto militar del 2% del PIB, demanda que no cumple la mayoría de los países miembros.