Centenario del estreno en Praga del ballet "El lago de los cisnes"

El lago de los cisnes (Foto: CTK)

En la Ópera Estatal de Praga fue estrenada recientemente una nueva adaptación del ballet "El lago de los cisnes" del compositor ruso, Piotr Ilich Tchaikovski. La obra, que ha tenido una positiva repercusión entre el público, fue puesta en escena con motivo de los 130 años transcurridos desde su estreno en Moscú y del centenario de su primera presentación en el Teatro Nacional de Praga.

"El lago de los cisnes"  (Foto: CTK)
Su presentación en Praga, en 1907, fue un gran acontecimiento en la vida cultural de las Tierras Checas. Más cuando Praga fue la primera ciudad extranjera en ponerla en escena. Hoy en día, "El lago de los cisnes" es sinónimo de una de las mejores obras del ballet clásico, siendo incluido en el repertorio de las compañías de ballet del mundo entero.

La coreografía de la nueva adaptación checa del clásico ballet ruso, basado en un antiguo cuento de hadas, le fue encargada a Pavel Dumbala, jefe del elenco de ballet de la Ópera Estatal de Praga y a la coreógrafa y ex bailarina, Hana Vlácilová, quien hace años atrás, había actuado en "El lago de los cisnes" en el papel protagonista.

"Nuestro equipo asumió el trabajo con entusiasmo y responsabilidad a la vez. Para mí, personalmente, fue un desafío, ya que, independientemente de haber tenido la posibilidad de actuar en tres adaptaciones de este hermoso ballet, nunca antes me fue ofrecido hacer su coreografía. Así que ahora se cumplió uno de mis grandes sueños", dijo Hana Vlácilová.

La ex primera bailarina del Teatro Nacional de Praga, recalcó que conservó varios detalles de la coreografía original rusa de la obra, ya que considera que ésa no ha sido superada en su maestría.

Hana Vlácilová matizó que sus mejores recuerdos vinculados con el ballet "El lago de los cisnes" se remontan a su infancia, cuando por primera vez actuó en esa obra. Entonces era alumna de la escuela de ballet adjunta al Teatro Nacional de Praga.

"Efectivamente, era mi primera actuación como integrante del grupito de los cisnes negros, o sea pequeños. La recuerdo hasta hoy con mucho cariño. Fue mi gran debut y también una forma de preparación para un certamen de bailarinas principiantes que poco después se celebraría en Varna, Bulgaria. Posteriormente me fue ofrecido estudiar ballet en San Petersburgo, una de las cunas de la danza clásica. Allí aprendí muchas cosas y se me abrió el camino al ballet profesional".

Hana Vlácilová es considerada una de las más destacadas bailarinas que ha tenido la República Checa. Su carrera artística está vinculada con la compañía de ballet del Teatro Nacional de Praga, al que ingresó en 1974 y ya en 1976 fue nombrada bailarina principal. A lo largo de 25 años le tocó interpretar un sinnúmero de personajes en diversas obras. Se mereció diversos premios nacionales e internacionales de danza clásica y actuó en teatros de muchos países, entre ellos también Cuba y España.

"La Habana y Cuba son dos nombres que evocan en mí recuerdos maravillosos. Hace ya tiempo que actué en Cuba, pero hasta hoy recuerdo con qué espontaneidad reaccionaba el público. En ningún otro país he experimentado algo semejante. Siempre he apreciado también el ballet cubano, representado en especial por Alicia Alonso. Bellos recuerdos tengo también de la gira que, junto con la compañía de ballet del Teatro de Brno, realizamos por España, visitando un sinnúmero de ciudades desde el norte hasta el sur de ese país. Además de un excelente público acapararon mi atención los teatros locales, obras arquitectónicas impresionantes", acotó Vlácilová.

Hoy en día, Hana Vlácilová trabaja como maestra de danza clásica y coreógrafa, cooperando estrechamente con la compañía de ballet de la Ópera Estatal de Praga. Enseña asimismo en el Conservatorio de Danza capitalino y en la escuela de ballet adjunta al Teatro Nacional de Praga.


Teatro Ta Fantastika  (Foto: www.tafantastika.cz)
"Mis espectáculos persiguen entender el mundo de nuestros días, en el que fueron desapareciendo la fe en Dios y la confianza en la política. Los seres humanos dejan de ser guiados. Por un lado gozan de plena libertad, pero por el otro se sienten absolutamente perdidos".

Mark Ravenhill, autor dramático contemporáneo de Gran Bretaña, suele caracterizar de esta forma sus obras teatrales. Éstas, mayormente, reflejan en forma abierta las crueldades físicas y psíquicas que enfrentan los seres humanos en el mundo de nuestros días. La adaptación al checo de una de ellas, "El producto", escrita por su autor en el año 2005, fue estrenada recientemente en el teatro Ta Fantastika en Praga.

En el papel protagonista se presenta la popular cantante checa, Lucie Bílá, quien confesó que este trabajo fue algo totalmente nuevo para ella. Además de sus conciertos, había actuado hasta el momento sólo en musicales, pero nunca en un drama.

"Acepté la oferta, aunque tenía ciertas dudas sobre si sería capaz de interpretar una obra dramática. Y es porque en primer lugar, soy cantante de música rock y pop. Admiro y estoy agradecida de mi colega, el actor David Prachar, quien me ayudó mucho. Me demostró que el teatro es un trabajo colectivo y que cada actor debe respetar a sus colegas en el escenario".

Según Lucie Bílá, "El producto" es una obra interesante a la vez que polémica, por no vacilar en demostrar que el hombre es capaz de utilizar hasta los más denigrantes instrumentos para alcanzar su objetivo. Su trama ofrece tensión y cambios inesperados, lo cual mantiene al espectador concentrado desde el comienzo hasta el final de la representación. Aunque Lucie Bílá no quiso revelar todos los secretos de la obra, acercó en breve su papel protagónico.

"En "El producto" desempeño a una actriz a la que un cineasta le ofrece actuar en su nueva película. El cineasta la familiariza con el proyecto y a la actriz le toca decidirse si aceptará o no el trabajo. Parece muy sencillo, pero entre los dos se va desarrollando un verdadero drama. El cineasta trata de convencer a la actriz arrodillándose ante ella, le suplica, para luego empezar a gritarle y a amenazarla".

Con la obra "El producto", del autor dramático británico Marc Ravenhill, al espectador checo se le ofrece un tipo de teatro nuevo y original, que le hace recordar escenas de la vida cotidiana. Le obliga a reflexionar sobre los verdaderos valores que, lamentablemente, quedan en segundo plano en este mundo dominado por el consumismo y caracterizado por un apresurado modo de vida.

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