El atentado del 11M de Madrid llega al Teatro Nacional de Praga

100 canciones

La obra 100 canciones llegó a la Nová Scéna del Teatro Nacional de Praga. Su autor, el dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig, se inspiró en el atentado terrorista del 11M de 2004 en Madrid para crearla.

La obra 100 canciones del famoso dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig llegó al escenario del teatro nacional de la capital checa bajo la dirección de Štěpán Gajdoš. Se representan en ella, mediante varias alteraciones temporales, los cinco minutos previos a la explosión de un tren, recordando las explosiones en Madrid del 11 de marzo de 2004, donde fallecieron 193 personas. Inspirada por un atentado concreto, la obra hace referencia a un momento de apocalipsis inesperado, un tema muy explorado por Schimmelpfennig.

Martina Znamenáčková | Foto: Kristina Kellnerová,  Radio Prague International

Martina Znamenáčková, una de las actrices de la obra, explicó a Radio Praga Internacional de qué trata la pieza.

”100 canciones retrata los cinco minutos previos a la detonación de una bomba en un tren, en el que todos mueren. El texto describe esta situación que, repetidamente, vuelve unos minutos atrás o adelante. La obra juega mucho con el tiempo, con la repetición y con saltos al pasado”.

Los creadores checos vincularon el tema de la obra con el trágico tiroteo masivo en la Facultad de Filosofía de Praga del pasado 21 de diciembre de 2023, que sacudió a los habitantes de República Checa. Este vínculo se puede observar en el número de actores que representan 100 canciones que coincide con el número de víctimas del tiroteo, es decir 15 personas incluyendo al tirador. Sobre dicho evento y su conexión a la obra habló Štěpán Gajdoš, el director para la Radio Checa.

100 canciones | Foto: Matin Špelda,  Teatro Nacional

“A nosotros nos tomó completamente por sorpresa, creo que fue un shock para toda nuestra sociedad… antes era algo que conocíamos solo a través de los medios de comunicación, y de repente sucedió aquí de esa manera tan terrible, eso me resonó mucho con los sucesos de la obra”.

Aparte del tema de la obra, que resuena fuertemente con los habitantes de Praga, también es notable su formato. El autor del texto teatral es famoso por su estilo postmoderno, en el que muchas veces se deconstruye el concepto de personaje y de trama linear. Este es también el caso de 100 canciones, donde el autor pone el foco en la temporalidad y el ritmo. Estos convierten la obra en una pieza fragmentada, comentó Gajdoš.
“Sobre todo, me causó impresión el aspecto formal del texto, la reconstrucción de pequeños fragmentos, el trabajo de detective que se realiza para encajar las piezas de la historia y conocer a los personajes, porque al fin y al cabo es más impactante si conoces a las personas”.

100 canciones,  Pavlína Štorková | Foto: Matin Špelda,  Teatro Nacional

Schimmelpfennig propone una reconstrucción de fragmentos muy cotidianos, pequeños momentos en el día a día con los cuales muchos podrían identificarse, como es también el caso con el uso de las diferentes canciones que aparecen en el texto y que dan nombre a la obra.

Al tratarse de una textualidad diferente al cánon habitual, compone una serie de retos a nivel interpretativo. Sobre ellos nos habló Michal Sikora, otro de los actores de la pieza.
“Para mí lo más difícil fue no actuar. Siento que el texto realmente no requiere emociones fuertes o que actuemos un personaje como tal… En cambio, siento que requiere un cierto porte de la palabra a nivel interpretativo, y creo que eso es lo más difícil e importante que conlleva el texto y la obra en sí”.

Por otro lado, Martina Znamenáčková hizo referencia también a la complejidad rítmica de la pieza.

Café Nona | Foto: Kristina Kellnerová,  Radio Prague International

“Lo complicado fue que el texto, al estar escrito más bien como poesía o música, requería más bien una dirección de orquesta. Fue difícil estar enfocada todo el tiempo y no esperar solo a cuando me toque hablar a mí, sino escuchar todas las réplicas o notas a mi alrededor, que juntas componían una especie de pieza musical”.

En lo que concierne a la locación de la obra, el equipo artístico liderado por Gajdoš ha tomado también otra decisión creativa interesante, y es que han decidido ambientarla en la cafetería del propio Teatro Nacional, el Café Nona, que cuenta con un estilo único. El motivo, mencionó Sikora, es generar en los espectadores una ligera sensación de déjà vu o desplazamiento, ya que los espectadores pasan por la cafetería antes de entrar en la sala, por lo que una vez que llegan pueden experimentar una extraña sensación de volver en el tiempo.

Las próximas representaciones de la obra 100 canciones serán el 11, 12 y 14 de noviembre.

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