Cada vez más checos mueren atropellados por un tren

Foto ilustrativa: Tomáš Šácha

En lo que va de año ha muerto cada día en la República Checa una persona atropellada por un tren. En la mayoría de los casos se trata de suicidas, pero también de personas descuidadas. Este alarmante dato fue dado a conocer por la Inspección de las Vías de Ferrocarril.

Foto ilustrativa: ČT24
Un total de 164 personas fallecieron atropelladas por un tren durante los primeros siete meses de este año y otras 107 resultaron heridas de gravedad. Durante las dos últimas semanas esta cifra se incrementó en otras ocho personas, cinco peatones y tres automovilistas. De continuar este negativo fenómeno, a finales de año podría ser superado el triste récord de hace tres años, cuando 222 personas murieron en el curso de 12 meses bajo las ruedas de un tren, indica Jakub Ptačinský, portavoz de la Administración de las Vías de Ferrocarril.

“En lo que respecta al número de muertos en las vías de ferrocarril, actualmente superamos a mediados de año en un 30% la cifra de muertos registrada otros años durante los primeros siete meses”.

Foto: Tomáš Šácha,  Český rozhlas
Las estadísticas demuestran que el 80% de los atropellados por un tren suelen ser personas que decidieron suicidarse de esta manera. No obstante, últimamente aumenta bruscamente también el número de ciudadanos que mueren bajo un tren por puro descuido, sostiene Martin Drápal de la Inspección de las Vías de Ferrocarril.

”Las personas suelen salir de paseo y muchas, especialmente los hombres, gustan de acercarse a las vías de ferrocarril para ver pasar los trenes. Pero basta descuidarse un instante y el accidente es inminente”.

Foto ilustrativa: archivo de Radio Praga
Un grave peligro de la era moderna es que muchas personas suelen utilizar auriculares para escuchar música cuando pasean y no captan por ello otros sonidos. El conductor de un tren puede transmitir señales de advertencia cuando ve a una persona en los rieles, pero le es imposible evitar el choque. Este se produce en unos 6 o 7 segundos y un tren que va a una velocidad de 80 kilómetros por hora por ejemplo, necesita 500 metros como mínimo para frenar, en dependencia de su peso y del de su carga. En los principales corredores ferroviarios los trenes suelen ir a una velocidad de 160 kilómetros por hora.

La Administración de las Vías de Ferrocarril invierte millones de euros para reforzar la seguridad en los cruces entre una vía férrea y una carretera y el resultado es una marcada reducción de accidentes en estos pasos. Por otro lado le preocupa mucho que no se logre disminuir el número de suicidios y de muertes por descuido en los ferrocarriles checos, sino que esta cifra siga aumentando.