Brazaletes electrónicos controlarán a personas en prisión domiciliaria

Foto: Pavel Novák

Unos 3,4 millones de euros pagará el Estado checo por la adquisición de brazaletes electrónicos para los presos en arresto domiciliario y el funcionamiento de un centro de monitoreo durante los próximos seis años. Así informó el ministro de Justicia, Robert Pelikán, al presentar al ganador de la licitación para el suministro de esos dispositivos de seguridad.

Robert Pelikán,  foto: Prokop Havel
El Ministerio de Justicia podrá implementar el arresto domiciliario por medio del control de los presos con brazaletes de seguridad. La compañía SuperCom ganó una nueva licitación para el suministro de los brazaletes y el control de los presos en detención domiciliaria, en la que participaron seis empresas en total. En el pasado varias licitaciones sobre el tema tuvieron que ser anuladas al no presentarse ningún interesado.

El ministro de la cartera, Robert Pelikán, sostuvo que él mismo probó los brazaletes y que éstos resultan incómodos únicamente al acostarse la persona a dormir. En relación con la licitación, Pelikán dijo que uno de los criterios fue el precio y también el sistema utilizado.

”Desde el comienzo hemos insistido en que queremos tener todo el sistema de los brazaletes electrónicos bajo control. Esto con el fin de poder conectarlo eventualmente en el futuro con otras instalaciones o utilizar dispositivos de otro tipo”.

El ministro considera sumamente importante el no depender de una sola compañía en la aplicación de los brazaletes de seguridad, ya que en el futuro podrían aparecer otras empresas con tecnología mucho más avanzada o de menor coste. Los brazaletes serán utilizados como alternativa a la prisión para personas sentenciadas por algún delito de menor gravedad o para personas que están siendo procesadas, con lo que se trataría de una alternativa a la prisión preventiva.

El proyecto entra en su fase piloto y comenzará a ser aplicado a los primeros reclusos. El Ministerio de Justicia encargó por el momento un determinado número de brazaletes, que se ensayarán hasta finales del presente año, según recalcó Robert Pelikán.

Foto: Pavel Novák
“En la primera fase hemos encargado 280 brazaletes. Para más tarde contamos con adquirir otros más, según se incremente el número de personas sentenciadas por los Tribunales a detención domiciliaria. Hasta finales de este año contamos con una fase de implementación, respetando también el que las demás empresas que participaron en la licitación pudieran presentar una queja”.

La institución de arresto domiciliario fue implementada en Chequia en el Código Penal en 2010, pero hasta el presente los Tribunales la han aprovechado de forma mínima. Uno de los motivos fue la inexistencia de un sistema central de monitoreo de los presos de casa por medio de dispositivos electrónicos. Los imputados eran controlados en casa por funcionarios de un órgano jurisdiccional sólo de vez en cuando, lo que resultaba insuficiente.