Baltasar Garzón: la lucha contra la corrupción se basa en la firme actitud ciudadana
Romper el "círculo perverso" de la corrupción en las sociedades es sumamente difícil ya que involucra intereses de políticos, corporaciones y ciertos sectores de la sociedad.
El juez español Baltasar Garzón, que participó en Praga de la 10 Conferencia Internacional Anti Corrupción, explicó a Radio Praga que para la lucha anticorrupción es decisiva la firme actitud de la ciudadanía.
"Yo creo que las soluciones son siempre las mismas, lo importante son las actitudes frente a esos problemas, es decir, creo que no habrá un sólo congreso sobre corrupción en el que se diga que es absolutamente fundamental potenciar la cultura, la ética y la gestión pública, la educación desde la infancia, programas educativos a medio y a largo plazo como una de las vías, quizá la única, para que el comportamiento no se produzca en el futuro. Otra es la de conseguir y en esta consecución, habida cuenta que se trata de personas mayores, hay que ser más contundente, que lo público sea realmente lo público y que sea un servicio y no que sea utilizado como algo privado o patrimonial por el servidor público del partido político de turno o de la administración correspondiente. Esto quiere decir, que haya unos controles que sancionen adecuadamente esa situación".
La frustración de la ciudadanía causada por la actitud indiferente de las autoridades hacia la corrupción es, según el juez Garzón, uno de los principales fenómenos que impiden romper con la inercia ante ese problema.
"Las investigaciones que se adelantan sobre temas de corrupción tardan años y años y cuando finalmente se llega al final nos encontramos con que probablemente la conducta está prescrita o los fondos están perdidos o están en el paraíso fiscal correspondiente y no se puede acceder a ellos y hay miles de millones que se sabe que están ahí y que el individuo cumple dos, tres, cuatro años de prisión y después disfruta del contenido del producto económico o incluso vuelve a ostentar el cargo que ostentaba y desde el cual cometió los hechos o los delitos de corrupción. Evidentemente esto no es serio y si la legislación lo permite, naturalmente hay que cambiarla, porque esa frustración del ciudadano es la que va a ocasionar la desidia del ciudadano de decir "mañana será lo mismo, mañana será peor", eso ya lo decía Séneca hace muchos años, entonces el fenómeno desgraciadamente no es nuevo".