Archivos del Servicio de Contraespionaje Militar comunista aparecen en Internet
El ex diputado socialdemócrata Evžen Snítilý es una de las 140 mil personas vinculadas con el antiguo Servicio de Contraespionaje Militar comunista cuyos nombres aparecen desde el pasado viernes en Internet. Los publicó el Archivo de los Destacamentos de Seguridad, que forma parte del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios.
La base de datos publicada en Internet contiene en este momento 309 protocolos, según precisa el director del Archivo de los Destacamentos de Seguridad, Ladislav Bukovszký.
“En estos protocolos quedan registrados datos sobre más de 140 mil personas de la antigua Checoslovaquia. Los documentos proceden del período entre los años 1954 y 1989”, indicó Bukovszký.
Los registrados pudieron ser personas investigadas por el Servicio de Contraespionaje Militar o sus colaboradores directos. Entre los nombres que figuran en los protocolos aparecen los de Richard Sacher y Miroslav Vacek, ministros del Interior y de Defensa, respectivamente, después de la Revolución de Terciopelo de 1989. Al año 1976 se refiere el registro sobre el diputado Evžen Snítilý, cuyo voto contribuyó a la reelección de Václav Klaus en los últimos comicios presidenciales.
El director del Instituto para el Estudio de los Regímenes Totalitarios, Pavel Žáček, destacó que el motivo de hacer accesibles los registros en Internet es la reconciliación con el pasado.
“No es un intento de sacar demonios a la luz, sino un esfuerzo por la transparencia. Somos una institución pública y queremos facilitar la orientación de la ciudadanía, que tiene derecho a saber qué registros existieron en el pasado y quién figuró en los mismos. Iniciamos una nueva ronda de debates”, dijo Žáček.El Servicio de Contraespionaje Militar reunió después del golpe de estado comunista en febrero de 1948 información sobre militares a los que se pretendía expulsar del Ejército. Se trataba de ex pilotos de la Fuerza Aérea Británica, combatientes de las brigadas internacionales en España y tampoco quedaron a salvo miembros de las unidades checoslovacas que lucharon en la Unión Soviética. El Servicio de Contraespionaje Militar los mandaba a campos de trabajos forzados, cárceles y patíbulos, como fue el caso del general Heliodor Píka.