¡Apaguen las luces! ¡La Naturaleza pide oscuridad!

Abenddämmerung

La oscuridad es para los biorritmos de los seres vivos tan importante como la luz solar. El exceso de luz, o sea la polución luminosa, es perjudicial para la Naturaleza.

Conciliar el sueño con la luz encendida es para muchas personas un problema insuperable...

Mantener durante toda la noche la luz encendida en las celdas es un sofisticado método de tortura psíquica que utilizan contra sus opositores los regímenes totalitarios. Es sólo una cuestión de resistencia individual cuándo aparecerán las consecuencias de la tortura luminosa, como la diabetes, alta tensión arterial o infarto.

La alternancia del día y de la noche, de la luz y de la oscuridad, influye no sólo en el hombre sino también en muchas especies animales y la contaminación luminosa puede provocar en la naturaleza considerables daños.

Los astrónomos advierten de la polución luminosa desde hace tiempo. Ahora resulta que desde el punto de vista biológico este fenómeno es mucho más peligroso.

La implantación de la iluminación a gas en muchas urbes en el siglo XIX puso en evidencia cómo la luz influye en la naturaleza viva. En los años 80 y 90 de mencionado siglo, la ribera del río Vltava en Praga amanecía algunos días cubierta por millones de cuerpos de efímeras, de manera que parecía como una capa de nieve. Ello ocurría cuando el malecón era iluminado por la suave luz de las lámparas de gas.

Hoy en día la iluminación es mucho más perfecta, irradiando al mismo tiempo más luz ultravioleta. La mayoría de los seres vivos prefirieron mudarse a las orillas no iluminadas del río Vltava y varias especies desaparecieron totalmente.

De aquellas áreas de las urbes europeas afectadas por la contaminación luminosa están desapareciendo algunas especies de insectos. De esos sectores se retiran también los murciélagos y otros animales insectívoros que han perdido su alimento.

Los especialistas averiguaron igualmente que la iluminación pública trastorna los ritmos vitales de las aves. Sucede que algunos pájaros en los grandes parques urbanos se ponen a cantar de noche ya que el resplandor de la iluminación los lleva a confundir la noche con el día.

Los animales nocturnos son atraídos particularmente por el componente ultravioleta de la luz, que es peligrosa también para el hombre, causándole una grave conjuntivitis. A diferencia del hombre, los insectos no pueden ponerse gafas de sol para protegerse de la luz ultravioleta.

Los científicos recomiendan por eso utilizar la iluminación con más componente infrarrojo. Conseguir que esta exigencia sea incorporada a la ley sobre la protección de la naturaleza no será nada fácil en la República Checa. Contra la exigencia de los naturalistas protestan vehementemente los productores de electricidad ya que temen que baje la demanda de corriente eléctrica.

Los entomólogos checos esperan que en colaboración con el Ministerio del Medio Ambiente sea posible reducir la contaminación luminosa. Creen que para la consecución de este objetivo pueda contribuir la membresía de la República Checa en la Unión Europea. En algunos países comunitarios ya se está llevando a cabo el recambio del material de iluminación, procediéndose también a la reducción de la altura de las farolas.En las galerías comerciales se instalan las llamadas luces negras que permiten que las personas vean, pero al mismo tiempo no molestan a los seres vivos.