Alonso Ruizpalacios: “Las películas en blanco y negro te ponen en otra posición como espectador”
Una mirada a los desafíos sociales y emocionales de los inmigrantes en una sociedad altamente capitalista es lo que ofrece la película mexicano-estadounidense La Cocina, del director mexicano Alonso Ruizpalacios. El cineasta recientemente presentó la cinta en Praga en el marco de la 11 edición del festival Be2Can, que ofrece una selección de filmes estrenados en los festivales de cine de Berlín, Venecia y Cannes.
La trama de La Cocina se desarrolla en un restaurante ubicado en Times Square, en Nueva York, que emplea a personas de todo el mundo, varias de ellas indocumentadas. La historia está inspirada en la obra de teatro homónima escrita en 1957 por el británico Arnold Wesker. Alonso Ruizpalacios trasladó la trama desde Londres a Nueva York, ubicándola sobre la experiencia de los migrantes mexicanos. La Cocina fue la única cinta mexicana en competir por el Oso de Oro en la Berlinale 2024.
Hace un poco más de una década, Ruizpalacios tuvo la oportunidad de dirigir la misma obra de teatro. A la hora de llevarla a la pantalla, creó su propia adaptación, dejando el material original más atrás, según comentó para Radio Praga Internacional.
“Fue curioso pensar que más cosas que imaginaba siguen siendo muy vigentes y actuales. El tono general de la obra de teatro es mucho más ingenuo, pero conserva cierta mirada. Siendo el material una obra de teatro, lograr convertirlo en una experiencia visual cinematográfica que no fuera y no se sintiera acartonada y estática fue el reto más grande y algo por lo que yo tenía una preocupación constante. Cómo hacer de esto cine, cómo transmitir ciertas cosas sin palabras, o cómo convertirla en una experiencia sensorial, fue una constante lucha”.
Temas aplicables a cualquier contexto laboral
El director de largometrajes premiados como Güeros (2014) y Una película de policías (2021) vivió en sus propias carnes la experiencia laboral de un migrante en la hostelería. Durante sus estudios en Londres trabajó en una cocina y en un bar. El director ha quedado fascinado con los ambientes de estos lugares, que le resultan atractivos y aberrantes, dice, y desde entonces ha fantaseado con hacer una película al respecto. Como comentó, este universo ofrece temas muy vigentes que trascienden el contexto de una cocina y podrían aplicarse a cualquier contexto laboral.
“En cierta medida, parte del proceso fue imprimir mi punto de vista y mis experiencias. La película está llena de frases y gente que conocí, hay muchas personas que no existían en la obra y que están basados en personajes que conocí en dicho periodo”.
A fin de conocer la realidad que enfrentan los migrantes en Nueva York, Ruizpalacios realizó dos viajes a la Gran Manzana entrevistando a algunos de ellos, que contactó gracias a la fundación Coalición México.
“Algunas de estas historias acabaron estando presentes en la película. El personaje de Stela, que nos lleva a entrar a la cocina al inicio de la película, está basada en una chica que entrevisté en Nueva York, cuyos padres la habían mandado allí porque era gay. Sus padres le dijeron: ‘Te vas a Nueva York para que se te quiten estas ideas’. Es un lugar muy extraño para mandar a alguien para esto. Es una chica fantástica y me inspiré mucho en su historia, su llegada a Nueva York y su carácter muy tenaz”.
“Películas en blanco y negro, un paso más despejado de la realidad”
La película está filmada en blanco y negro. Una de las intenciones de este paso atrevido es brindar cierta atemporalidad, que se refleja además en la ausencia de teléfonos celulares, explica el director.
“Es impresionante ver cómo cambia la trama si quitas teléfonos celulares, fue uno de los retos que me puse. He tenido una especie de cruzada personal en mis películas de no usar teléfonos celulares, ya los usamos tanto todo el día, así que lo último que quiero ver en una pantalla es que todo se resuelve con un celular. Es lo que vivimos y me cansa. Hay que hacer un esfuerzo para evitarlo”.
No obstante, Ruizpalacios ha visto la película en estos colores desde que la empezara a escribir, como una base sólida para contar una fábula, que no fuera estrictamente realista y fuera más allá, prosigue.
“Hay películas de blanco y negro modernas, pero son una gran minoría, y te pone en otra posición como espectador. Cuando te presentan una imagen en blanco y negro, está un paso más despegado de la realidad. Al menos a mí me pasa esto. Y la atemporalidad es otra cosa. También es una película sobre los contrastes entre las jerarquías, las razas, los legales y los ilegales. El blanco y negro ayuda a enfatizar el contraste. Tiene unos juegos de color que me ayudan a contrapuntear”.
De acuerdo con Alonso Ruizpalacios, La Cocina es la producción para la que más trabajo le ha costado conseguir los fondos de toda su carrera. Aunque desconoce los motivos exactos, precisamente el blanco y negro pudo contribuir a ello.
“Sin duda es un reto, es algo que asusta a los inversionistas y los exhibidores. Ese era uno de los retos, y otro, la forma cómo la quería hacer y conservar en el corte final. En algún momento hubo compañías interesadas, pero que no me podían dar el corte final. Es ridículo que todavía pase esto. Los streamers funcionan así, quieren conservar el derecho de poder alterar la película y decidir qué va y qué no va”.
“Los mexicanos no consumen mucho cine nacional”
De acuerdo con el director, México representa un terreno donde se está filmando bastante tanto a raíz del fortalecimiento del Instituto Mexicano de Cine y su sistema de estímulos fiscales, como de las plataformas de streaming. Sin embargo, no es un suelo fértil para el cine de arte, afirma.
“Esto se tiene que hacer con el dinero del Estado, la inversión privada es algo que todavía no acaba de funcionar, y no alcanzan para todos los estímulos fiscales, hay una gran fila para acceder. Es complicado, creo que se han hecho cosas interesantes, pero no ha terminado de consolidarse. Un gran problema de cine mexicano es la exhibición, los mexicanos no consumen tanto el cine mexicano, es el problema de la cercanía con EE.UU, es una aplanadora completa, es muy difícil que el público mexicano prefiera ver una película mexicana que una yanqui”.
Alonso Ruizpalacios actualmente trabaja en el guion de una nueva película western, inspirada en la novela Las Nubes, del escritor argentino Juan José Saer, que se desarrolla en el contexto de la guerra entre México y Estados Unidos, que resultó en la pérdida de más de la mitad del territorio del país latinoamericano.