2014: Un año de ligero crecimiento económico en Chequia
Las previsiones de bancos y organismos oficiales coinciden en que 2014 será para la República Checa un año de moderado crecimiento económico, en torno a un 2% del PIB. La mejora no se reflejará sin embargo en el desempleo, mientras que la inflación se mantendrá en mínimos.
Precisamente el cambio de gobierno, y la entrada de un gabinete dispuesto a realizar inversiones públicas, es uno de los factores que los expertos señalan al explicar el modesto crecimiento que se espera para 2014, y que oscila entre el 2,5% del PIB que prevén algunas entidades bancarias y el más humilde 1,1% vaticinado por la OCDE. Ya el presupuesto estatal de este año, ultimado por el gobierno saliente de Jiří Rusnok, cuenta con un gasto público más generoso.
Otra razón importante es además la estela de prosperidad generada por Alemania, principal destino de las exportaciones checas, y por el crecimiento que se espera a lo largo de 2014 de los países del BRIC.
Hablando de exportaciones, de acuerdo con los expertos, el crecimiento natural que habrían experimentado en condiciones normales se verá multiplicado por la reciente devaluación de la corona checa, que ha pasado de 25,7 coronas por euro a 27,4 en apenas un mes y medio.
De esta forma la industria destinada a la exportación, la automovilística por ejemplo, será la gran beneficiada en 2014, al ver sus productos abaratados en el mercado internacional, lo que lógicamente aumentará la demanda. De forma indirecta los fabricantes de bienes para el consumo interno también pueden verse favorecidos, ya que las importaciones serán más caras y la relación calidad/precio de los productos checos se incrementará.
El sector servicios será pues el único que vivirá en 2014 un mal año y, en general, el ciudadano checo corriente tampoco podrá tirar las campanas al vuelo. Los analistas no prevén que el crecimiento del PIB se refleje en un aumento de sueldos ni tampoco que se reduzca el desempleo, que se mantendrá alrededor del actual 7,7%.De esta manera la escasa confianza de los consumidores checos en la marcha de la economía continuará también en 2014, lo que paradójicamente retrasará la recuperación real al menos un año más. La tendencia de los checos a ahorrar presionará la inflación hacia abajo, a pesar de la mencionada devaluación de la corona checa puesta en marcha por el Banco Nacional. Si en 2013 se acabó con un 1,5% de inflación, esta apenas llegará al 1% en el año entrante, según la mayor parte de las previsiones.
Aunque una inflación demasiado alta es evidentemente perjudicial para la economía, este nivel tan bajo supone un lastre para la industria, que ve reducida su expectativa de beneficios.
Ante este panorama los especialistas consultados por los medios de comunicación checos están de acuerdo en que el cometido del próximo gobierno deberá ser abstenerse de realizar experimentos y dejar que la economía se recupere por sí misma en las actuales condiciones, lo que no quita que se legisle, por ejemplo, para hacer las licitaciones públicas más transparentes.