Vincenz Priessnitz, el fundador de la hidroterapia
En la región de Olomouc nació el fundador de la hidroterapia moderna, Vincenz Priessnitz. Cerca de la ciudad de Jeseník creó un centro termal que alcanzó gran fama a nivel europeo.
Vincenz Priessnitz nació en 1799 en la familia de un labrador en el pueblo de Gräfenberg, a dos kilómetros de la ciudad de Jeseník, en el noreste de la actual región de Olomouc. El lugar se encuentra en las proximidades de la frontera con Polonia y 71 kilómetros al norte de la ciudad de Olomouc.
La primera lengua de Priessnitz era el alemán, lo que por aquel entonces no era nada raro en esa parte del país.
Jeseník está muy orgullosa de Priessnitz y su legado. El archivista emérito de la ciudad, Květoslav Krowka, le ha dedicado gran parte de su vida profesional. Según sostiene Krowka, un acontecimiento fundamental se produjo cuando Vincenz tenía 16 años.
“Se hirió de gravedad. Lo atropelló un carro, lo que le ocasionó graves lesiones en las costillas. En esa época, desde el punto de vista actual, la cura era muy problemática. A las heridas se les ponían sanguijuelas, paños calientes, el paciente no debía moverse, etc. Vincenz inició sus tratamientos de una forma totalmente diferente, tal como lo veía a su alrededor, en la naturaleza”.
Priessnitz comenzó a tratarse con agua fría y aplicándose paños fríos. A pesar de que sus vecinos predecían que nunca iba a recuperarse de las heridas, él se recuperó del todo.
De que sus tratamientos naturales eran realmente efectivos pudieron convencerse primero las personas que vivían cerca. Llegaba, por ejemplo, un vecino y le decía a Priessnitz: “Oye, tengo podagra (un fuerte ataque de gota), ayúdame”. Y él le recomendaba que tomara agua fría y metiera la pierna en agua fría.
Poco a poco, comenzaron a llegar también habitantes de lugares más distantes. Y así fue avanzando el proyecto de construcción del centro termal de Priessnitz, de acuerdo con Krowka.
“Tiempo después de su accidente, alrededor del año 1817, Priessnitz fue probando sus tratamientos en casa, tanto en sí mismo como en los vecinos más cercanos. A partir de 1822, fueron surgiendo las termas. Entonces ya tenía dinero suficiente para demoler la casa de madera de sus padres y levantar una casa de piedra. Allí puso en una habitación dos tinas en las que hacer sus experimentos curativos. Después de 1826 compró otro edificio, y entre 1838 y 1839, levantó un gran edificio, que hasta el día de hoy se conoce como el Castillo, con una sala de congresos. Fue así como surgió el centro termal de Priessnitz”.
Priessnitz pasó de atender a unos 5 o 6 pacientes al principio, hasta a recibir en sus termas a 1500 pacientes a la vez hacia 1839.
Hasta el día de hoy se conservan en el archivo de Jeseník las listas de pacientes con su nombre, profesión, de dónde habían venido y de qué padecían. De esta manera podemos saber qué enfermedades curaba Priessnitz, aunque esas informaciones se basan en lo que decían los propios pacientes o en las apreciaciones de los médicos que los enviaban allí. Los datos confirman que los tratamientos de Priessnitz eran correctos.
Pero a pesar de todos sus logros, algunos médicos y curanderos de la zona acusaban a Priessnitz de charlatán y de que, en lugar de curar a los pacientes, empeoraba su salud, indica Krowka.
“Hay que recordar una cosa. En los tiempos de la Guerra de los Treinta Años y después de ella, la zona de Jeseník fue afectada duramente por los procesos contra las supuestas brujas. Unas 300 mujeres de la zona fueron acusadas de brujería y quemadas en la hoguera. Estos procesos quedaron en la mente de los habitantes locales, que tenían miedo de que Priessnitz fuera también un brujo. Esto condujo a una situación curiosa. Priessnitz usaba una esponja al tratar a sus pacientes con agua, pero alguien le acusó ante un tribunal de que usaba instrumentos de brujería. Entonces él dijo que iba a tratar a los pacientes con sus propias manos y que así podría conocer mejor incluso su estado de salud”.
Pasado cierto tiempo, Vincenz Priessnitz descubrió la manera de defenderse legítimamente de las acusaciones de ser un simple charlatán, prosigue Květoslav Krowka.
“Pedía a los pacientes que le escribiesen un certificado en el que se dijera: ‘Me curó de esa o aquella enfermedad, no me dio ningún medicamento y no tuve que pagarle nada por los tratamientos’. En el archivo regional se han conservado unos 40 de esos certificados”.
En los años 40 del siglo XIX, la fama de los métodos naturales aplicados por Priessnitz era ya realmente grande y atraían a personalidades tanto de Europa Central como Oriental.
Vincenz Priessnitz falleció en noviembre de 1851. Desde el punto de vista actual, murió prematuramente y de manera un tanto trivial a la vista de su fama curando a personas. Se resfrió cuando iba a solucionar cuestiones administrativas en la ciudad de Javorník y no logró superarlo.
Sin embargo, las termas que fundó siguen existiendo hasta el día de hoy y conservaron su fama independientemente de los regímenes políticos del país, incluidos el nazismo y el comunismo.
El legado de Vincenz Priessnitz, fundador de la hidroterapia moderna, sigue siendo una parte clave de esa parte de la región de Olomouc, más de dos siglos después de su nacimiento.
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