Víctor Herrero a la reconquista de Praga

Víctor Herrero

Herrero ha vuelto a Praga, y lo ha hecho después de diez años, arrastrado por esas corrientes inesperadas que tiene la vida. Este polifacético artista español, o más que español, latino en general, ha dejado tras de sí la calidez de su amada Centroamérica para emprender una nueva vida en la República Checa, para poder estar cerca de su hijo. Un nuevo-viejo país en el que tiene que abrirse paso y asumir nuevos retos.

Víctor Herrero
Víctor Herrero abarca todo lo comprendido en las artes plásticas, desde la pintura a las instalaciones. En escultura explota las posibilidades del objeto encontrado, y elabora sus obras a partir de deshechos y material reciclado. Cuando se trata de trabajar con el pincel, Víctor se dedica a la abstracción figurativa y al arte conceptual, aunque es capaz de experimentar con otras técnicas y formatos.

De hecho, su primer trabajo en esta nueva etapa checa es una colección de cuadros realizados con folias -un tipo de material aterciopelado-, recortadas y pegadas sobre plástico. El resultado es algo muy étnico y llamativo.

“Esto lo he hecho más étnico porque era un experimento con una empresa de folias. Como ves el material no es pintura, son folias. Entonces, como era un experimento quería hacer algo que fuera comercial, para la decoración, no algo tan abstracto, porque además esto me limita mucho lo que es abstracción”.

Este toque étnico, presente incluso en su obra más abstracta, tiene que ver con la fuerte atracción que para él siempre han ejercido las culturas indígenas de Centroamérica, donde ha pasado parte de su vida.

“Porque yo he trabajado de fotorreportero. Entonces trabajaba en conflictos de guerra, trabajaba con los zapatistas, con el FMLN, con las guerrillas en Centroamérica. Entonces uno de los proyectos era México. Y también desde muy corta edad he estado en Santo Domingo porque mi padre era maestro de bellas artes allí. Desde muy joven he estado viajando a Latinoamérica y al Caribe”.

América ha marcado profundamente a Víctor, y de hecho fue allí donde abrazó la religión Yoruba, lo que se conoce en el Caribe como santería. También fue en América donde estudió buenas artes y trabajó con maestros como el escultor Gabriel Ponzaneli

Un cambio muy brusco, el venir a parar al centro de Europa. Sin embargo, Víctor cuenta con la ventaja de conocer ya la ciudad y se encuentra encantado con la agitada vida cultural praguense y especialmente con el potencial artístico del país.

“Me parece que este país es fabuloso a nivel artístico. A nivel cultural este país se mueve mucho. Es una de las grandes ventajas que tiene la República Checa, que es un país artísticamente hablando muy rico. Hay mucha cultura, hay muchos grandes talentos”.

Víctor Herrero
Sin embargo, para Víctor Herrero, el mundo artístico checo tiene un problema.

“Es un país que nunca ha sido de ellos. Y que ahora que es de ellos se cierran un poco a que venga alguien de fuera y aporte cosas. Porque como siempre les han machacado los de fuera y se lo han impuesto... Yo creo que es el único problema que yo veo a nivel galerías y a nivel círculo de artistas checos, que son un poco cerrados a lo que viene de fuera”.

Así, y aunque todavía no ha podido cerrar muchos contactos, Víctor ya cuenta con algunos proyectos. Se trata de una reconquista en toda regla, ya que durante su estancia de 1998, Víctor realizó seis exposiciones y colaboró en la decoración de varios locales.

Ahora, la primera colección de su nueva etapa, las obras elaboradas con folia, será expuesta la galería de Jana Ševčík. Además ya se halla preparando otra serie que, si todo sale bien, se expondrá en la galería del hotel Thalia, en Praga. Para el año que viene su obra se presentará también en la galería Jiří Anderle. De momento anda a la busca de locales que redecorar y otras faenas que requieran mano de artista.