Una ‘piedra para tropezar’ rinde homenaje a Milena Jesenská, la novia de Kafka
Una ‘Stolperstein‘ o piedra para tropezar, recuerda en Praga desde este lunes a la periodista Milena Jesenská. Amiga íntima del escritor Franz Kafka, Jesenská fue deportada al campo de concentración de Rawensbrück en 1939 donde falleció cinco años después.
Fue así como en 1995 surgió la idea de las ‘piedras para tropezar’, un monumento exhortatorio para conmemorar el destino de las personas deportadas y asesinadas por los nazis.
En la acera frente a la entrada de la casa donde vivió Milena Jesenská en Praga fue colocada este lunes una piedra para recordar a la periodista y escritora, conocida entre otras cosas como una de las personas más cercanas a Franz Kafka, tal y como recuerda Markéta Mališová, directora de la asociación dedicada al legado del escritor.
“De la correspondencia entre ellos resulta evidente que existió una relación muy profunda. Milena fue, sin lugar a dudas, una de las personas más cercanas y a la vez confidente de Kafka’.Milena Jesenská fue una mujer que se adelantó a su época. Fue mucho más que la ‘enamorada de Franz Kafka’.
Hija de un famoso médico praguense, Jesenská se negó a seguir los pasos profesionales de su padre. Frecuentemente acudía a la cafetería Arco, lugar de encuentro de jóvenes intelectuales judíos nacidos en Bohemia, pero que hablaban y escribían en alemán, como por ejemplo, Franz Werfel, Max Brod y Franz Kafka.
Allí conoció a su futuro esposo Ernst Pollak, un funcionario judío de la banca, con el que protagonizó en Praga una serie de escándalos en veladas llenas de alcohol y drogas.
Los artículos periodísticos de Milena Jesenská en el período de sus contactos con Franz Kafka, a principios de los años veinte, eran muy personales. Milena dijo una vez: "Todos mis artículos son cartas de amor".Cartas de amor a los lectores, y especialmente a uno de ellos -Franz Kafka-. El amor entre Franz Kafka y Milena Jesenská encontró su máxima expresión, sobre todo, en la correspondencia mutua.
Milena Jesenská fue detenida y deportada por la Gestapo en 1939 por su colaboración con las fuerzas de la Resistencia. En el campo de concentración de Rawensbrück se convirtió en enfermera y se dedicó a mermar el dolor de los prisioneros. En las inhóspitas condiciones del campo contrajo una infección renal que el 17 de mayo de 1944 le costó la vida.
En Praga han sido colocadas hasta la fecha más de 90 ‘piedras para tropezar’ y unas 200 en el resto del país con el fin de recordar a las víctimas de la barbarie nazi durante la Segunda Guerra Mundial.