Una nueva esperanza para muchos enfermos del corazón

El hospital universitario de Olomouc está empleando un nuevo método para sustituir una válvula enferma del corazón por una artificial, casi sin daños ni riesgo para el paciente, y con un plazo mínimo de hospitalización.

Las operaciones cardiacas, extremadamente arriesgadas hace pocas décadas, siguen simplificándose rápidamente. Una última técnica es utilizada ya en Chequia para curar la estenosis aórtica, esto es, el estrechamiento anormal de la válvula aórtica del corazón. Y se consigue con una operación con anestesia local y no superior a las dos horas de duración. No se requiere abrir el tórax y los médicos pueden incluso comunicarse con el paciente en la mesa de operaciones.

El responsable de cateterismo del hospital de Olomouc, Marek Richter, explica en qué consiste este nuevo método.

Marek Richter
“La intervención se realiza a través de unas incisiones en las ingles. Desde ahí, una nueva tecnología nos permite llevar una válvula artificial hasta el corazón, donde se implanta, sustituyendo la válvula enferma del paciente”.

El nuevo método tuvo que ser ideado por la imposibilidad de realizar la operación clásica a todos los pacientes. Ni los diabéticos, ni quienes padecieran problemas de riñón, o aquellos que ya se hubieran sometido a una operación de corazón anterior, por poner algunos ejemplos, podían hasta ahora enfrentarse a los riesgos de la intervención.

Miloš Táborský
Para muchos pacientes, a pesar de la gravedad de su dolencia, podía ser peor el remedio que la enfermedad, según explica el doctor Miloš Taborský, otro de los responsables de cardiología del hospital de Olomouc.

“La estenosis aórtica es una cardiopatía para la que hay indicada una intervención quirúrgica estandarizada. El problema es que ni más ni menos que un 30 por ciento de los afectados por ella, no están en condiciones de someterse al riesgo que supone esa operación”.

Antonín Papoušek
Antonín Papoušek es una de las personas que han cambiado su vida gracias a esta técnica. Hace siete años tuvo que someterse a un bypass, por lo que no era recomendable que se sometiera a más intervenciones. Ahora, sin embargo, a los cuatro días de habérsele implantado la nueva válvula, Papoušek ha recuperado hasta la juventud a sus ochenta años.

“Hasta que me operaron estaba siempre cansado y sentía constantemente molestias en el pecho. A veces llegaba a doler mucho. Lo que han conseguido con esta operación es increíble, nunca podré agradecerlo lo suficiente. Como siga recuperándome así, hasta podré volver a salir con chicas”, bromea Antonín Papoušek.

Ya son siete los centros de salud checos que realizan esta operación, en los que se espera que durante todo el año sean 200 los pacientes que se beneficien de este avance.

La Seguridad Social checa aún no cubre este método, por lo que los gastos están corriendo de momento a cuenta de los propios hospitales que lo ofrecen.

Fotos: www.ct24.cz