Una iglesia del barrio de Žižkov apuesta por convertirse en centro comunitario

Žižkov

El edificio renovado de una antigua iglesia en el barrio de Žižkov de Praga está a punto de convertirse en un nuevo espacio comunitario.

Una antigua iglesia que abrió sus puertas en los años 20 del siglo pasado en el barrio praguense de Žižkov, servirá como centro comunitario a partir de enero. Conocido ahora como Žižkostel, el hermoso inmueble se encuentra cerca de la plaza Náměstí Barikád.

Táňa Vozková | Foto: archivo de Táňa Vozková

Táňa Vozková, terapeuta y coordinadora del centro, espera que la iglesia se transforme en un lugar de reunión para la comunidad local.

“El edificio construido en 1924 recibía en el pasado a unas 300 personas por semana, mientras que ahora tan sólo acuden al lugar unas 30. Nos encantaría utilizar el espacio no sólo para actividades de la iglesia, sino para organizar talleres o sesiones de terapia. Por ejemplo, terapia para parejas y familias. Nuestros planes también incluyen conciertos y representaciones de teatro”.

Junto con los países escandinavos, Chequia ocupa los primeros lugares entre los estados con menos creyentes en el mundo, a pesar de la cantidad de iglesias dispersas por el país. Precisamente el hecho de que la iglesia de Žižkov se encontrase vacía inspiró a Vozková y a su equipo a readaptarla para un nuevo propósito. Vozková invita a participar a las personas de todas las religiones, ya que su meta es crear un espacio seguro para todos. Asimismo, se planea que la ONG Husitské centrum (Centro Husita en español) continúe ofreciendo sus servicios religiosos ahí. Durante 20 años, la organización ha trabajado con personas necesitadas, especialmente con miembros de la comunidad romaní.

La nueva sala principal,  donde se realizarán eventos teatrales,  talleres y conciertos. | Foto: Amelia Mola-Schmidt,  Radio Prague International

“Hemos estado aquí durante 20 años y trabajamos con personas romaníes y niños. Tenemos un club para niños que funciona todas las tardes. Aquí pueden hacer sus tareas, pasar un rato con otros niños o hablar con alguien en caso de que tengan miedo o se encuentren en peligro. Recibimos a unos 20 niños todos los días”.

La organización contrata trabajadores sociales, así como miembros de la comunidad romaní para facilitar el proceso de integración de los gitanos en la sociedad checa. Según Vozková, esta es una tarea complicada porque muchos romaníes son víctimas de discriminación a diario. Por ejemplo, si desean rentar un apartamento, se les pide un precio dos o tres veces más de lo normal. Ya que a muchos les resulta imposible encontrar trabajo u hogar, la organización intenta facilitar la comunicación entre los romaníes y los empleadores o los propietarios. Sin embargo, Vozková añadió que esta brecha se puede evitar a través del contacto frecuente entre miembros de la sociedad mayoritaria y la comunidad romaní en situaciones de la vida cotidiana.

Además de los eventos mencionados, Žižkostel organizará almuerzos para que la gente se conozca mejor, indicó Vozková.

“Nos encanta cocinar. Nos gusta preparar comida, porque creemos que sirve para conectar a la gente. Si te sientas a la mesa con otras personas que comen lo mismo, surge el diálogo con los demás”.

Vozková es conciente de que la tarea de crear un lugar para los desfavorecidos no será una tarea fácil. No obstante, tiene la esperanza de que la apertura del nuevo centro comunitario en el barrio de Žižkov sea un paso en la dirección correcta.

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