Una campaña checa tratará de acabar con el cambio horario en toda la UE
El senador checo Petr Šilar ha lanzado una iniciativa legislativa popular a nivel europeo para acabar con el horario de verano en el territorio comunitario. La campaña se llevará a cabo en ocho países de la UE e intentará reunir un millón de firmas.
Esta lucha contra el tiempo también tiene sus detractores, que argumentan que, actualmente, el ahorro energético es mínimo y que, por otro lado, las estadísticas demuestran que tras un cambio de hora aumentan los accidentes de tráfico y los suicidios.
Uno de esos opositores al cambio horario es el senador democristiano checo Petr Šilar, que ha decidido emprender una iniciativa legislativa a nivel europeo para obligar al Parlamento de Estrasburgo a que debata el tema y se pronuncie sobre él. Según las reglas, tiene que contar con un millón de firmas de al menos siete países comunitarios.
Šilar se muestra convencido de su éxito, ya que espera aglutinar la oposición al cambio horario que hasta ahora permanecía dispersa.
“Creo que sí que hay gente en contra, pero que no están organizados. Precisamente con esta iniciativa popular queremos incitarlos a la acción y hacerles saber que hay alguien que se quiere dedicar en serio al problema. Hasta el momento ha habido solo peticiones aisladas, como por ejemplo la del panadero checo Stanislav Pecka, que presentó una queja al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Todas estas iniciativas acabaron en un cajón. Hay que hacerlo pues siguiendo las reglas que marca la Unión Europea”, afirmó.La iniciativa de Šilar comenzará esta semana en Chequia y Eslovaquia, donde sus habitantes pronto podrán firmar la propuesta en una página web habilitada para ello. Los firmantes tendrán que aportar datos personales como el número de carnet de identidad y dirección, o utilizar una firma digital. En agosto la campaña se extenderá a Alemania, Polonia, Francia y los países del Benelux, donde Šilar espera contar con el apoyo de figuras públicas procedentes del mundo de la cultura y la política.
El horario de verano era polémico ya antes de ser aprobado a principios del siglo XX y seguramente nunca se habría puesto en marcha de no ser por la necesidad de ahorro derivada de la Primera Guerra Mundial. En los últimos años se han planteado diversas razones tanto para mantenerlo como para abolirlo definitivamente, y en su defensa entran en juego diversos intereses económicos. Por ejemplo los agricultores suelen mostrarse en contra mientras que la industria del entretenimiento está a favor. De todas maneras no está claro que la sociedad en su conjunto gaste menos recursos por adelantar la hora en verano, y algunos estudios parecen demostrar lo contrario.Dejando a un lado las implicaciones psicológicas, que no están totalmente demostradas, el principal argumento en contra del horario de verano es su complejidad. Al tener que realizar un cambio, y al haber países que lo aplican y otros que no, siempre hay un margen para errores y disfunciones.