Un inhalador para asmáticos, solución checa contra la tartamudez
Los científicos de la Universidad de Olomouc han dado un paso de gigante en la lucha contra la tartamudez. Sus estudios han concluido que este mal tiene su origen en un bloqueo del sistema respiratorio y que por tanto es posible combatirlo con inhaladores contra el asma.
En la República Checa los logopedas tienen en tratamiento a unos 150.000 tartamudos, y se calcula que en el mundo puede haber hasta 60 millones de personas aquejados de este mal. Lo padecen famosos como Bruce Willis y la sufrió Marylin Monroe. Empieza a manifestarse alrededor de los tres años de edad y en un 20 por ciento de los casos se prolonga hasta la edad adulta, dificultando las relaciones sociales y la vida laboral.
Ahora se atisba una nueva esperanza para todos aquellos con problemas para hablar fluidamente. Josef Pěšák, científico de la Facultad de Medicina de la Universidad Palacký de Olomouc, se dedica a la tartamudez desde hace 40 años. Su formación en física le ha ayudado a dejar de lado la línea de medicación habitual, basada en ansiolíticos, para enfrentarse al problema desde otro punto de vista.La clave está en la obstrucción del aparato respiratorio. El método contra la tartamudez patentado por Pešák consiste en el uso de un inhalador con formoterol, un preparado utilizado habitualmente para enfermos de asma.
“El medicamento se introduce en las vías respiratorias para relajar los músculos, de manera que dejen salir el aire que permanece bloqueado y las cuerdas vocales puedan vibrar”, explicó Pešák.
La tartamudez o disfemia tiene causas físicas, neurológicas, pero también psicológicas, por lo que este tratamiento ha de entenderse de momento como una solución complementaria para las personas con esta disfuncionalidad, que puede apoyar el trabajo de los logopedas, como advierte Pešák.
“La tartamudez está condicionada por el estrés. Aparece por estrés y con cada situación de estrés se va reforzando. Si se consigue apaciguar el estrés la tartamudez se puede curar. Los logopedas antes pensaban que podían solucionar el problema eliminando el estrés. Pero la verdad es que cuando el niño volvía a su entorno, volvía a sentir estrés y de nuevo dejaba de hablar”.
Según Josef Pešák, su tratamiento tiene cabida principalmente en las fases más tempranas de la disfemia, cuando el paciente es todavía un niño.
“Hicimos el estudio de este método en 40 pacientes de seis centros médicos distintos. El más joven tenía seis años y el mayor 28. Y los resultados diferían. Descubrimos que si se empieza pronto con el tratamiento, a una edad más temprana, funciona mejor”.
En opinión del jefe de pediatría del Hospital Universitario de Olomouc, Vladimír Mihál, el método basado en inhaladores es fiable, aunque
requiere más desarrollo.“Este medicamento se utiliza ya algún tiempo en pediatría. Lo conocemos y ya sabemos las precauciones que hay que tomar a la hora de aplicarlo o inhalarlo. De todas formas espero que se siga desarrollando y comprobando su efectividad”.
De momento el uso de formoterol en la República Checa para combatir la tartamudez está extendido y ya puede ser recetado por cualquier tipo de médico, y no únicamente por especialistas en el sistema respiratorio, como antes.