El oratorio de santa Ludmila de Bohemia, un homenaje de Dvořák a la primera santa checa
En septiembre conmemoramos tanto el 180 aniversario del nacimiento de Antonín Dvořák como los 1100 años del martirio de santa Ludmila de Bohemia, a la que el compositor dedicó una de sus obras.
Cuando hablamos de Antonín Dvořák y santa Ludmila, inevitablemente tenemos que referirnos a una composición en concreto, del oratorio de santa Ludmila. Se trata del mayor oratorio sobre los inicios del cristianismo que surgió respondiendo una petición del festival de Leeds, en Inglaterra.
Los ingleses querían algo que enlazara la tradición de los oratorios de Händel y los entusiasmó mucho la obra Stabat mater de Dvořák.
El compositor impuso su visión, y explicó que no iba a elaborar una trama bíblica conocida ni un texto en latín. Después del estreno en 1868, Dvořák escribió las siguientes líneas: “Se trató de un entusiasmo puramente inglés que no había vivido durante mucho tiempo. Todos gritaron de alegría. ¡Hace mucho que no he visto al público y la orquesta tan encantados!”
La obra le costó a Dvořák mucho trabajo. El estreno tuvo éxito, pero los reestrenos resultaron difíciles y el autor propuso abreviar algunas de las partes del oratorio. Uno de los reestrenos memorables tuvo lugar en 1904, con un coro integrado por 1600 cantantes, un mes antes de la muerte del compositor. En el festival Primavera de Praga de 1948 se despidió de su patria el director Rafael Kubelík que huyó de los comunistas a Estados Unidos. El concierto tuvo lugar en un patio del Castillo de Praga.
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