Un estudio checo muestra que el COVID puede provocar trastornos del sueño durante meses o años
Insomnio, pesadillas o sonambulismo son algunos de los trastornos del sueño que puede provocar el coronavirus a corto, medio y largo plazo, según asegura un estudio del Instituto Nacional de la Salud Mental. Por su parte, el ministro de Salud, Vlastimil Válek, calificó las restricciones tomadas durante la pandemia como "brutales e ineficaces".
El Centro de Investigación del Sueño y Cronobiología del Instituto Nacional de la Salud Mental inició un estudio este año sobre los efectos sobre el sueño en las personas que han superado el coronavirus. Los primeros resultados preliminares de este amplio estudio demuestran una clara relación entre el COVID y trastornos del sueño, explicó para la Radio Checa la doctora Tereza Dvořáková.
“Con el COVID hay asociado todo un espectro de trastornos del sueño. El más común es el insomnio, pero muy a menudo se dan también, por ejemplo, pesadillas, que podemos definir como un sueño muy real y terrible por el que habitualmente el paciente se despierta en medio de la noche, puede estar sudado y aterrorizado y le puede llevar un poco de tiempo darse cuenta de que es solo un sueño”.
Diferentes formas de insomnio afectaron a más del 60% de enfermos del COVID participantes en el estudio, que se pueden manifestar como problemas para contraer el sueño, despertarse demasiado temprano o dificultades para mantener la continuidad del sueño, independientemente de la gravedad de los síntomas de la infección de COVID. Estos trastornos a largo plazo tienen un efecto negativo sobre la calidad de vida de las personas y su salud física y mental, alerta Dvořáková.
Además, más del 30% de los pacientes aseguraron tener muchos sueños realistas y un 17% sufrió pesadillas. Por el momento no se conocen las causas de estos trastornos. Algunas hipótesis apuntan a daños en el sistema nervioso por el virus o debido a la propia reacción inmunológica del cuerpo.
El estudio también recoge los casos de personas que desarrollaron sonambulismo y otros trastornos que no habían padecido nunca antes como hablar o gritar en sueños, gesticular, dar patadas o incluso caerse de la cama.
En cuanto a la duración o frecuencia de estos trastornos, aún es pronto para poder establecerlos, pero en muchas personas se reproducen durante meses o años, y se desconoce incluso si podrían ser permanentes.
Ministro de Salud: “Las medidas contra el COVID en Chequia fueron brutales e ineficaces”
Entretanto, en Chequia se miran solo por el rabillo del ojo las cifras actuales de la epidemia. La anunciada ola de verano de coronavirus no termina de romper ni tampoco se diluye. Este lunes se registraron 2881 nuevos casos y algo menos de mil personas permanecen ingresadas con la enfermedad, de los que 23 se encuentran en estado grave, cifras solo un poco mejores que hace una o dos semanas. Mientras, alrededor de una decena de personas mueren con o por el coronavirus cada día, y ya son 40 660 fallecidos en total desde marzo de 2020.
En la Televisión Checa hicieron balance de la pandemia el presidente del Colegio de Médicos, Milan Kubek, y el ministro de Salud Vlastimil Válek, que aseguró que las restricciones adoptadas por el anterior Gobierno fueron “brutales e ineficaces”.
“No lo digo yo sino un gran estudio de expertos en Alemania que analizaron las medidas que tomaron cada uno de los países de la UE. En Chequia fueron unas de las más brutales. Recordemos que las escuelas estuvieron cerradas dos años o los largos periodos de cierre perimetral entre distritos, además de otras medidas que otros países no tomaron o lo hicieron durante poco tiempo”.
Milan Kubek se mostró completamente en contra de las afirmaciones de Válek y llegó a calificar el comportamiento durante los peores meses de la pandemia de los partidos de la oposición, que ahora se encuentran en el Gobierno, de “casi negacionista”. Las restricciones sí funcionaron, aseveró el presidente del Colegio de Médicos.
“Podemos estar contentos de que el Gobierno actual no tenga que enfrentarse a la catástrofe que le tocó al anterior. Estoy en desacuerdo con el ministro: las medidas que se tomaron fueron extremadamente eficaces y lo demuestra que la primera ola en primavera de 2020 la superamos tan bien que incluso mucha gente dudaba que existiera el COVID. Pero el problema de las medidas no es su eficacia, el problema es que no se puede vivir mucho tiempo en cuarentena. Para eso está la vacuna. La situación ahora es completamente distinta”.
Kubek advirtió de que en otoño la situación puede volver a empeorar con el coronavirus. El ministro Válek, por su parte, aseguró no tener previstas grandes medidas para evitar contagios y cuenta con que la gente ya ha aprendido a convivir con el virus, gracias a las mascarillas, las vacunas y los test. Kubek se mostró de acuerdo en recomendar la vacunación como mejor medida de prevención contra el COVID-19, pero volvió a criticar la postura laxa del ministro Válek.
“Lamento que el ministro de Salud de este país no tenga la autoridad suficiente para que la gente respete sus recomendaciones. Pero la cuestión es, si la situación empeorase, si se pasaría de las recomendaciones a las normas que se aplican en la mayor parte de países también en la actualidad, durante el verano, en los que hay obligatoriedad de llevar mascarilla en establecimientos médicos y el transporte público, sencillamente porque no todo el mundo es tan responsable, y aquellos que tienen miedo del COVID también tienen derecho a viajar en transporte público sin que nadie les pegue algo”.
Desde el 18 de julio se aplican en la República Checa las segundas dosis de refuerzo, la cuarta dosis, que hasta ahora se han puesto 96 000 personas. La Sociedad de Vacunología Checa recomienda encarecidamente vacunarse a los grupos de riesgo, que son los mayores de 60 años y el personal y clientes de las residencias.