Un esqueleto advierte en Havlíčkův Brod que no se debe traicionar a sus habitantes
Un esqueleto situado en la fachada del Ayuntamiento de Havlíčkův Brod contempla atentamente la ciudad y con una guadaña en la mano advierte a los transeúntes que no merece la pena traicionar a sus ciudadanos. En esta edición de 'Leyendas Checas' les contaremos la historia vinculada a esta amenaza.
La ciudad logró resistir al enemigo en múltiples ocasiones gracias a un hombre llamado Hnát, cuya vista de águila vigilaba incansablemente las murallas de la ciudad día y noche desde la iglesia de la Asunción de la Virgen María.
De héroe a traidor
Hnát se convirtió en breve en un héroe urbano. Sin embargo, una noche todo cambió. Aquella vez a los ciudadanos no les despertaron las campanas, con las que Hnát solía movilizar al pueblo para que se preparara para la defensa, sino que esta vez fue el rechinar de las armas del enemigo, según explica el historiador del Museo de Havlíčkův Brod, Michal Kamp.
“Una leyenda dice que Hnát hizo un trato con los ciudadanos de Jihlava u otros enemigos, que le pagaron para que los dejara entrar y saquear la ciudad”.Otra la leyenda sin embargo defiende la fama del supuesto traidor. Según ella, aquella noche Hnát volvía a su casa ebrio, tras haber celebrado otro exitoso rechazo del enemigo. Por el camino encontró a un monje encapuchado, que le confesó que estaba preparando una crónica sobre la ciudad, en la que quería destacar su heroísmo.
Entusiasmado por dar a conocer sus hazañas al mundo, Hnát soltó la lengua y no se fijó en el monje, que mientras le había echado un somnífero en su copa.
Hnát subió a la torre aturdido, en breve se durmió, y así dio luz verde al enemigo para que invadiera a la ciudad.Fuera como fuera la historia, el pueblo estaba convencido de quién era el culpable, prosigue Michal Kamp.
“Los indignados ciudadanos asesinaron a Hnát, y lo echaron a una fosa. Su esqueleto lo expusieron después en la entrada del ayuntamiento para que advirtiera a los ciudadanos que si se traiciona el pueblo, se paga por ello”.
No es el único objeto que recuerda la leyenda de Hnát. En el supuesto lugar de su muerte se halla una piedra con una cruz y un hacha, que lleva el nombre del traidor, explica Kamp.
“Se trata de una piedra de la paz, es como una lápida que se colocaba en el lugar de la muerte de una persona. El hacha representa precisamente la forma del asesinato. En la región existen bastantes. Sin embargo, ninguna leyenda dice que Hnát fuera ejecutado con un hacha. Y la fecha escrita en la piedra tampoco corresponde. Pero como se encuentra en el lugar de la muerte de Hnát, la gente se lo cree”.Hasta aquí la leyenda. Más probable se muestra, sin embargo, el hecho que el esqueleto apareciera en la fachada del ayuntamiento más tarde, en el siglo XVII, sin nada que ver con la leyenda.
La frase latina “qua hora nescis”, es decir, “usted no sabe a qué hora”, escrita en la guadaña del esqueleto, advierte a los ciudadanos ante el pecado, mientras que la campanilla recuerda que transcurrió otra hora de su vida.