Un amigo para las personas mayores, al otro lado del teléfono

Michal Horažd’ovský, foto: www.elpida.cz

Cuando nos imaginamos un teléfono de ayuda solemos pensar en ayuda al menor, o a mujeres maltratadas, o a adolescentes con problemas. Sin embargo existe un colectivo mucho más necesitado de ayuda y orientación, la tercera edad. En la República Checa, desde 2002, la Línea de los Mayores atiende telefónicamente las necesidades de los ancianos.

Desde lo más banal hasta los casos extremos de depresión, desde una receta de cocina hasta un intento de suicidio, la Línea de los Mayores no hace distinciones. Lo importante es que hay una persona mayor que necesita hablar. Una filosofía que ha garantizado a este servicio, organizado por la fundación Elpida, un volumen de más de 15.000 llamadas anuales.

Al otro lado del teléfono se encuentra un telefonista preparado para otorgar todo tipo de información médica y jurídica, y especialmente para atender psicológicamente a su interlocutor. Los trabajadores de la línea son licenciados de carreras como Psicología o Trabajo Social y todos han pasado un curso de intervención en caso de crisis.

Se trata de una formación necesaria debido a la naturaleza de los problemas ante los que han de aconsejar o simplemente servir de desahogo, como explica el director de la Línea, Michal Horažd’ovský.

“Muy a menudo se trata de la soledad, relacionada muchas veces con la pérdida de seres queridos, normalmente su pareja o alguien de su familia. Después también están las situaciones de crisis, como la jubilación, un tema que afecta sobre todo a los hombres, y a veces a las mujeres de estos hombres. Y por supuesto el malestar que llega cuando a uno le fallan sus propias fuerzas y no puede valerse por sí mismo”.

Y por supuesto, en este colectivo hay un problema que sobresale por encima de los demás por su evidente gravedad y la dificultad para tratarlo, prosigue Horažd’ovský.

“Con mucha frecuencia está el tema de la muerte, y los asuntos espirituales relacionados. Porque en nuestra sociedad la muerte es un tema casi tabú, del que todos huyen. Y además en este país tan ateo, pocos están dispuestos a hablar de esto desde un punto de vista religioso. Nosotros lo intentamos, pero a menudo enviamos a la persona a un consejero espiritual, o la iglesia. Pero a menudo nos dicen que somos mejores, que antes no, pero que ahora los confesionarios no son lo suficientemente buenos”.

Los casos más extremos llegan cuando la Línea de los Mayores tiene que trabajar con alguien que baraja la idea del suicidio, como explica Horažd’ovský.

“Cuando uno habla con un joven que se quiere suicidar, es muy triste, pero al menos el chico tiene una perspectiva, y se puede trabajar con eso. Cuando se habla con un mayor, que está enfermo, que sufre, que no tiene alrededor a ningún ser querido, y considera el suicidio... es muy duro. Son las conversaciones más duras, pero también las más interesantes y las más profundas. Son los temas que me tengo que llevar a casa, trabajar con ellos, y supervisar”.

Como cuenta el propio Horažd’ovský, la Línea cumple un servicio sustitutivo de la familia o, simplemente, de la sociedad. Cubre situaciones en las que el tejido social falla, y de hecho su misma existencia pone en evidencia la capacidad de este país para dar respuesta a las necesidades afectivas y psicológicas de sus ancianos. Es un hecho más evidente, subraya Horážd’ovský, en las generaciones que padecieron el totalitarismo.

“Los que no han vivido la Primera República y solo han visto la Segunda Guerra Mundial y los 50 años de después, no tienen de donde agarrarse, no han vivido nunca en una sociedad sana. Siempre han tenido una sensación de amenaza, de desconfianza, de que no pueden fiarse de nadie. Por eso hay mucha gente de 60 que se halla en peor situación que los de 80, porque los más mayores crecieron en otro contexto”.

El uso de la Línea de los Mayores es totalmente gratuito y anónimo. Este teléfono de ayuda está preparado para atender a personas de más de 50 años, aunque técnicamente no sean considerados ancianos, pues es a partir de esta edad cuando empiezan a surgir problemas relativos al envejecimiento.

Más información en www.elpida.cz

Autor: Carlos Ferrer
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