Tocar el organillo no es tan fácil como parece

Foto: ČTK

Los aficionados al organillo se dieron cita este martes en Praga para asistir al festival que se proponía recuperar la gloria perdida de este instrumento que se toca por medio de un manubrio. Los espectadores pudieron disfrutar de diferentes melodías del sonido inconfundible del organillo y pudieron comprobar que tocarlo puede resultar más difícil de lo que parece.

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Surgido en Asia en la Edad Media, el organillo llegó a Europa en la primera mitad del siglo XVIII para adquirir gran popularidad unos cien años más tarde a medida que se fue convirtiendo en un instrumento ambulante.

Incluso para tocar el organillo hay que entrenar

Uno de los grandes aficionados checos al organillo, Jan Bondra, explica el principio del funcionamiento de este instrumento.

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“En la caja del organillo hay un cilindro de madera que lleva púas de varios tamaños, por medio de un brazo mecánico se detecta la posición de la púa y en función de ello se abre la válvula que deja pasar el aire a la lengüeta, al igual que en un acordeón o los tubos de órgano. El primer tipo mencionado era siempre el más corriente y más barato”.

Sin embargo, por más fácil que parezca tocar el organillo, la manipulación puede resultar difícil para una persona inexperimentada.

“Al girar el manubrio hay que superar la resistencia de los muelles y el movimiento puede resultar discontinuo. El organillero está entrenando para que el movimiento sea fluido. Si a veces dejamos tocar a los espectadores, tanto niños como adultos, tienen problemas para que la música no suene entrecortada”, agregó Bondra.

La metamorfosis de los organilleros

A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el organillo pasó a ser una parte inseparable de las calles de las ciudades checas. Entonces, los veteranos de guerra con frecuencia lo alquilaban para ganarse la vida.

Jan Bondra,  foto: Museo de Beroun
“Pero en la actualidad, tanto en el extranjero como en nuestro país, la situación es diferente. La mayoría de los coleccionistas no son personas pobres, sino grandes aficionados que invierten elevadas sumas en los organillos. El sonido de este instrumento perdura, lo que ha cambiado son sus dueños”, indicó Bondra.

Una vez terminado el festival en Praga, los aficionados pueden disfrutar del típico sonido del organillo este miércoles y jueves también en Liberec, al día siguiente en Velké Lovosice y el próximo lunes y martes en Brno.

Autor: Roman Casado
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