Sáblíková celebra un sufrido bronce y la medalla 100 de Chequia en unas Olimpiadas
La patinadora de velocidad Martina Sáblíková logró un bronce en Pekín que sabe a oro tanto a ella como a todos sus seguidores. Es su séptima medalla a lo largo de cuatro citas olímpicas distintas y la número cien del deporte checo tras la separación de Eslovaquia.
La séptima medalla olímpica de una de las deportistas checas más laureadas de todos los tiempos, tiene un sabor muy especial. Martina Sáblíková acumula 21 medallas de oro en campeonatos mundiales de patinaje de velocidad, tres oros olímpicos y récords mundiales que siguen vigentes hasta la fecha. Si hablamos de ganar, durante su larga carrera, Sáblíková se ha proclamado incluso campeona de la República Checa de ciclismo que, evidentemente, no es su especialidad. Sin embargo, la medalla de bronce en la prueba de los 5000 metros lograda este jueves, es distinta. Sáblíková, a sus 34 años, atravesó diversos problemas de salud en los últimos meses y cuando ya por fin entrenaba para los juegos de Pekín, en una caída se hizo un importante corte en la pierna con la cuchilla del patín, lo que condicionó el resto de su preparación.
Con estos antecedentes, esta semana sorprendió con su gran actuación en la prueba de los 3000 metros, en la que acabó cuarta. Los 5000 metros siempre han sido su prueba preferida, en la que hasta ahora sumaba dos oros y una plata olímpica, pero el sorteo de salida de la final supuso un nuevo revés. Le tocaría salir en la segunda de las cuatro carreras y antes de las favoritas, por lo que no tendría la ventaja de conocer los tiempos de sus rivales, pero ellas sí el suyo.
Pero cuando dieron la salida, Sáblíková partió decidida y concentrada, con un estilo y una técnica impecables. La satisfacción tras cruzar la meta era evidente. Después tocaba esperar y, al final, solo dos rivales, la neerlandesa Irene Schouten y la canadiense Isabelle Weidemann, pudieron rebajar su tiempo de 6:50,09. En resumen, una medalla de bronce inesperada, como ella misma reconocía a la Radio Checa, pero que supone un enorme premio.
“Tengo que decir que esta medalla supone muchísimo para mí, como todas las medallas olímpicas, pero después de esta temporada con tantos problemas, creo que voy a tardar un poco en hacerme a la idea de que lo he conseguido. Después del sorteo yo misma dejé de creer en que podría llevarme una medalla. Ha sido duro y tengo que agradecer la fuerza que me han dado todos con los que me he topado hoy. Todos me decían que lo iba a conseguir y eso ha sido un apoyo enorme, que también he recibido desde Chequia. Eso da muchísima fuerza y valor”.
Martina Sáblíková participó por primera vez en unas Olimpiadas en Turín 2006. Las medallas llegaron en Vancouver 2010 y no ha dejado de conseguirlas en Sochi 2014, Pieonchang 2018 y, ahora, en Pekín 2022. Sobre la cabeza de todo el mundo ronda la misma pregunta: ¿cuánto fuelle le queda aún a la incansable Sáblíková? También ella se hace esa pregunta, dijo a la Radio Checa.
“Psicológicamente es muy duro, así que aún tengo que ver si voy a continuar”.
El destino ha querido que una deportista histórica consiga una medalla histórica para Chequia. Se trata de la medalla olímpica número cien lograda por la República Checa desde la separación de Eslovaquia en 1993. Exactamente dos terceras partes las han conseguido atletas en los Juegos Olímpicos de verano, 67, y 33 se han logrado en los de invierno.
