R.A.Dvorský, el aristócrata de la música bailable checa
En la historia de la música bailable y del jazz checos destaca la deslumbrante figura del compositor, cantante y director de orquesta R.A.Dvorský, que vivió entre 1899 y 1966. "¡Aló, aló, señoras y señores! ¡Atención, por favor! Les presentamos nuestra mejor orquesta de jazz: R.A. Dvorský y sus Melody Boys".Así promocionaba en los años 30 la discográfica checa Ultraphon la orquesta Melody Boys, fundada y dirigida por R.A.Dvorský. Cantando con su orquesta, el músico realizó para el sello Ultraphon un millar de grabaciones. En este programa escucharemos algunas de ellas en su versión remasterizada.
Un apuesto caballero con bigote, alto, esbelto, dotado de un melodioso barítono que subyugaba al público femenino... Con su elegante figura y nobleza de modales, R.A.Dvorský encarnaba el ideal de caballero en la Checoslovaquia de entreguerras.
R.A.Dvorský nació en 1899 en la ciudad de Dvur Králové como Rudolf Antonín. De ahí provienen las siglas R y A de su nombre artístico. El apellido Dvorský deriva de la palabra Dvur.
Desde sus cinco años tocaba el violín y la guitarra y un año más tarde el piano. Concluídos los estudios en una academia comercial, empezó a trabajar como funcionario administrativo en la fábrica de cerveza local.
A los 15 años, el músico dirigió su primera orquesta. En su tiempo libre componía canciones que llamarían la atención del cantautor Karel Hasler.Éste contrataría en 1918 a R.A.Dvorský para tocar el piano e intepretar sus chansons en el cabaré Lucerna, en Praga.
A principios de los 20, R.A.Dvorský actuaba como pianista en las recepciones de las embajadas en Praga y en clubes selectos, interpretando danzas modernas y jazz. Era el ambiente más propicio para los nuevos ritmos. Durante su carrera, Dvorský se convertiría en un infatigable propagador del jazz, género musical que había llegado a Europa en 1917 con las tropas de Estados Unidos.
R.A.Dvorský fue uno de los primeros músicos checos en actuar en la radio. La estación Radiojournal empezó a emitir el 18 de mayo de 1923... y Dvorský tocó por primera vez el piano en su estudio instalado en una carpa el 5 de mayo de 1924.En aquel entonces Radiojournal contaba con un centenar de abonados.
Cuando se trasladó Radiojournal a un edificio situado en la calle Vinohradská, aumentó vertiginosamente el número de oyentes. R.A.Dvorský actuaba en la radio con su orquesta, interpretando ritmos modernos, y recibía numerosas cartas de la audiencia.
Muchos radioescuchas elogiaban su actuación, pero otros se quejaban de que no podían aguantar los sonidos "chillones" de los saxófonos que les recordaban los mugidos de una vaca.
R.A.Dvorský se vio obligado a incluir en los conciertos radiofónicos también composiciones de música bailable tradicional y la colaboración con la radio prosiguió ya sin percances. Dvorský y su orquesta Melody Boys ofrecieron a los radioescuchas un millar de programas.
R.A.Dvorský fundó la orquesta Melody Boys en 1929 con el propósito de propagar el jazz. Ya que el público no estaba adaptado a disfrutar de este género musical en su forma pura, Dvorský optó por un estilo que, utilizando los medios rítmicos del jazz, se mantenía fiel a la melodía.
En la década de los 30, R.A.Dvorský y sus Melody Boys, que llegaron a contar con cincuenta músicos, arrasaron en el escenario musical checo e internacional. Como intérprete, Dvorský destacaba en las canciones líricas. Su sedoso barítono sabía "narrar" las historias de amor.
R.A.Dvorský actuó con su orquesta también en numerosas películas. Una de las más exitosas fue "Kristián" en la que interpretó el tema "No esperes".
Al término de la Segunda Guerra Mundial la orquesta Melody Boys se desintegró. A R.A.Dvorský le esperaban tiempos difíciles: la cárcel comunista por haber intentado huir a Occidente en un avión y después la oscura existencia de un modesto funcionario.
Las recientes reediciones de las grabaciones de R.A.Dvorský en compactos y otros soportes testimoninan que los checos no se han olvidado de la estelar figura de la música bailable de entreguerras, cuya voz nos sigue sonando tan entrañablemente a través del tiempo.