Radioviajes recorre el Valle de San Procopio

Escarpadas rocas de piedra caliza, una romántica laguna

Frondosos bosques de aromáticos pinos

O simplemente una maravillosa vista de la ciudad de Praga

...y varios monumentos nacionales...

Todo esto es posible encontrarlo en un mismo lugar: el Valle de San Procopio, a pocos minutos del centro de Praga. A continuación los invitamos a dar un recorrido por esta bella reserva natural.

Antes de comenzar nuestro paseo debemos contarles que en el período silúrico de la era primaria, es decir hace más de 430 millones de años, la zona donde se extiende actualmente el Valle de San Procopio estuvo cubierta por el mar. Aunque no era muy profundo, bajo el agua convivía una gran variedad de especies marinas: moluscos, lirios de mar, cefalópodos, entre otras.

En nuestros días es posible también encontrar en el Valle vestigios de la intensa actividad volcánica en esa era geológica, ya que abundan las rocas compuestas del material arrojado por un volcán que estuvo activo durante varios años.

Pero, retomemos nuestro paseo a través del Valle de San Procopio en la localidad de Zlichov, palabra que hacía originalmente alusión al cortijo del hidalgo Zlech. Este nombre se deriva del calificativo Zlý, que en español significa malo. Este lugar se encuentra en la última parada del transporte público urbano.

Muy cerca de ahí se levanta una iglesia barroca de los santos Felipe y Jacobo, construida en las escarpadas rocas de piedra caliza de la localidad en el siglo 13 y remodelada en 1713. De este mismo lugar proviene el valioso altar votivo de Zlichov que data de 1520 y 1525 y que representa la imagen de Cristo salvando de la muerte al donante. Este ejemplar forma parte hoy de la colección de la Galería Nacional de Praga.

Luego de visitar la iglesia de los santos Felipe y Jacobo nos internamos en el Valle de San Procopio por la calle Na Zlichove, arteria principal en nuestro recorrido. Siguiendo las señalizaciones colocadas especialmente para los excursionistas que deseen hacer este recorrido a pié, apareceremos bajo una colina de piedra caliza, que alcanza una altura de 335 metros. Si seguimos avanzando llegamos a la localidad de Devín y más adelante a Hlubocepy.

De esta última existen registros escritos que datan del año 1222 y se hace referencia a ella como propiedad de La Iglesia. La palabra Hlubocepy tiene sus orígenes etimológicos en la extracción de agua desde las profundidades de los pozos.

Lo que fuera un tradicional balneario de para los ciudadanos de Praga se convertiría en el siglo XIX en un destacado centro industrial, sin embargo, con el tiempo la mayoría de las fábricas se trasladaron hacia otros sectores de la capital. Entre los monumentos nacionales en la localidad de Hlubocepy está el complejo arquitectónico del cortijo de Hansfalk, que data de mediados del siglo XIX. Muy cerca de ahí, a las orillas del riachuelo de Hlubocepy, aún se mantiene intacto un antiguo molino del año 1624, que mas tarde se transformaría en palacete del noble checo Pavel Michna de Vacinov.

El Valle de San Procopio se encuentran en la parte septentrional del Carso Checo y se trata, sin duda, de una de las grandes reservas ecológicas de la capital checa.

En 1978 las 106 hectáreas del Valle de San Procopio fueron declaradas reserva natural y es a la vez uno de los sectores más valiosos en todo el territorio de la República Checa, por el sinnúmero de testimonios de la evolución geológica en los pasados 1500 millones de años.

Ni la construcción de diversas fábricas en el sector, ni la apertura de canteras y de vías férreas, pudieron hacer que el Valle perdiera su gran valor natural. Existen en todo el Valle cerca de 400 tipos distintos de plantas, de las que 26 se encuentran protegidas, además habita una rica variedad de insectos y moluscos.

Y terminaremos nuestro recorrido siguiendo la ruta principal, hasta cruzar un imponente viaducto de 20 metros de altura construido de piedra caliza y llegar a uno de los puntos más románticos de nuestro recorrido: la laguna de San Procopio, donde los dejaremos descansar de este recorrido imaginario, para invitarles a visitar la próxima semana el espacio Radioviajes.