Quien tiene oficio, tiene beneficio
Un antiguo refrán popular dice: Quien buen oficio sabe, de buena despensa tiene la llave. Řemeslo má zlaté dno.
Cuéntanos—povídej—,¿qué te pasó?
Quería relajarme un poco después de un día agotador—vyčerpávající den— y tomar un baño aromático—aromatická koupel—.
Por qué no. Si tienes una bañera grande—velká vana—, hay que aprovecharla.
Claro. Entonces, abrí el grifo—otočila jsem kohoutek— con agua caliente para llenar la bañera y me fui a la cocina…
… para prepararte un bocadillo—chlebíček—…
… para prepararme una infusión refrescante—osvěžující nápoj— cuando de repente sonó el teléfono. Llamó una amiga para contarme—aby mi vylíčila— su última aventura con su novio número 13.
Me lo puedo imaginar.To si umím představit. Creo que fue una conversación larga—dlouhý hovor—. Y mientras tanto la bañera…
Se llenó hasta el borde—naplnila se až po okraj— y el agua empezó a desbordarse por el cuarto de baño y el corredor hasta la cocina. Corrí para cerrar el grifo—zavřít kohoutek—, y al intentarlo se me quedó en la mano.
¡Qué horror!To je hrůza!¿Qué hiciste?
Salí corriendo—vyběhla jsem— de mi piso gritando: ¡Socorro!Pomoc!¡Inundación!Povodeñ!
Mejor sería cerrar el acceso principal del agua—hlavní přívod vody—.
Qué inteligente estás. Lo mismo me recomendaron mis vecinos.
Supongo que estaban muy felices. ¿Cuántos apartamentos inundaste?Kolik bytů jsi vytopila?
Antes de que llegara el fontanero—instalatér—, la planta entera estaba llena de agua, y la de abajo también. Tardé toda la noche en secar el suelo. Pero ése fue sólo el principio.To byl jen začátek.
¿El principio de qué?
De toda una odisea. Cuando el fontanero reparaba el grifo, se le cayeron las tenazas—hasák— al suelo y rompieron una baldosa. Tuve que llamar a un profesional para cambiarlo.
En checo el profesional que sabe colocar las baldosas—dlaždice— se llama—dlaždič—. Si coloca los azulejos—kachličky— lo llamamos en checo —obkladač—.
Bien dices el que “sabe”, porque el mío no sabía nada. Cambiando la baldosa perjudicada, rompió otras cuatro que la rodeaban. La golpeó tanto con el martillo—kladivo— que los trozos volaban por todo el cuarto de baño haciendo agujeros en las paredes…Así que tuviste que llamar también un albañil—zedník—.
Sí, y además un pintor decorador—malíř pokojů—. Cuando salió me quedé fría—myslela jsem, že mě trefí šlak—.
¿Por qué?
Porque pintó no solamente las paredes—stěny—, sino completamente todo. Los azulejos, las baldosas, la bañera… Intenté limpiarlo, pero sin éxito—bezúspěšně—. Usó una pintura resistente a todos los intentos de retirarla.
¡No me digas!Neříkej! Así que no te quedó otro remedio que…
… comprar nuevos azulejos, nuevas baldosas, una nueva bañera…
… y llamar de nuevo al instalatéra, dlaždiče, obkladače, zedníka a malíře.
Ya saben, amigos, por qué se dice: Quien tiene oficio, tiene beneficio.
Řemeslo má zlaté dno.
(Repetición del 13-5-2009)