Praga liberó a supuesto terrorista a cambio de la libertad de cinco checos
La República Checa no extraditó a EE.UU. al libanés Ali Fayad sospechoso de terrorismo. El supuesto agente del servicio de seguridad fue canjeado por cinco ciudadanos checos que habían desaparecido hace seis meses en El Líbano.
Mientras que los medios de comunicación de El Líbano especulaban que el regreso de los checos a su país dependía de la liberación de Ali Fayad, retenido en una cárcel de Chequia por sospechas de terrorismo, las autoridades checas negaban semejante eventualidad.
El ministro de Defensa reconoció que fue un canje
Finalmente el ministro de Defensa, Martin Stropnický, rompió el naipe y en una entrevista para el diario Hospodářské Noviny, dijo que los cinco checos regresarían al país, si Fayad no es extraditado a EE.UU. Se trata de asuntos entrelazados.Correspondió al ministro de Justicia, Robert Pelikán, anunciar ante la prensa que Ali Fayad no sería extraditado tal y como pedían las autoridades estadounidenses.
“Mi decisión responde a una serie de factores, como por ejemplo de qué tipo de suceso se trató, las pruebas presentadas y por supuesto informaciones facilitadas por los servicios de inteligencia que no puedo mencionar“.
El primer ministro, Bohuslav Sobotka, en Londres, se limitó el jueves a expresar su satisfacción por el regreso a Chequia de los cinco checos que habían desaparecido en El Líbano.“En primer lugar debo decir que me alegra mucho que se hayan salvado estas cinco personas, que habían desaparecido en El Líbano. Creo que ahora es importante que un equipo de especialistas de la Policía, que tiene a su cargo este asunto, realice una investigación a fondo“. El 18 de julio de 2015 la Policía libanesa encontró un taxi abandonado en el valle de Bekaa, cerca de la frontera con Siria. En el interior del vehículo se descubrieron los pasaportes y pertenencias de cinco ciudadanos checos.
Agentes de EE.UU. tendieron una trampa a los supuestos terroristas
Un año antes la Policía checa había detenido en Praga al libanés Ali Fayad en cooperación con los servicios de inteligencia de EE.UU.
Dos agentes estadounidenses se hicieron pasar por miembros del grupo militar guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, e hicieron creer a Fayad y a sus cómplices de que estaban interesados en comprar armas y drogas.Tras la detención de Ali Fayad y de sus dos cómplices en Praga, las autoridades estadounidenses pusieron en marcha negociaciones para la extradición de los traficantes de armas.
La desaparición de cinco checos en El Líbano, un abogado -que trabajaba para Fayad-, un traductor, un agente de la seguridad y dos periodistas, repercutió directamente en el caso de Fayad.
Estados Unidos expresa su malestar
El traslado de Ali Fayad a Estados Unidos ya contaba con el visto bueno de una corte de apelación checa y se encontraba pendiente de aprobación por el ministro de Justicia, Robert Pelikán, pero este la denegó tras la llegada a Chequia de los cinco checos.La embajada de EE.UU. en Praga expresó su descontento con lo ocurrido y dijo que eso representaba un mal precedente para el trato con los terroristas.
El antiguo jefe del servicio de inteligencia civil, Karel Randák, estima que el resultado conseguido puede afectar las relaciones entre Praga y Washington, pero que la vida de cinco ciudadanos estaba en juego.
“Estoy convencido de que EE.UU. hubiera reaccionado de la misma manera. Lo primordial es salvar las vidas de los ciudadanos“.
Un juego de los servicios secretos
Para Randák, el caso Fayad puso en evidencia un problema de rivalidad entre los servicios de inteligencia civil y militar.
“Surgió un problema de comunicación entre nuestros servicios de inteligencia. Las cosas terminaron de la manera que terminaron, porque a la República Checa le quedó un menor radio de acción“.El experto no descarta que se trata de un sofisticado juego de los servicios de inteligencia, incluido el de Estados Unidos, y que es muy posible que la opinión pública nunca sabrá qué fue lo que realmente ocurrió.
Sorpresivas resultaron las declaraciones a la Televisión Checa del vice primer ministro, Pavel Bělobrádek, quien rehusó a aceptar que se tratara de un canje, al tiempo que responsabilizó al ministro de Justicia y no al Gobierno en su conjunto, por el resultado alcanzado.