Praga: la ciudad que encanta a los extranjeros y los invita a quedarse
Esteban Amaya, un mexicano que ha traído el sabor gastronómico azteca a Praga con su restaurante Alebrijes Bar Bar nos contó las razones por las que está enamorado de la capital checa y sus planes favoritos en el verano.
Después de poco tiempo, su hermano se había enamorado de la ciudad y no tuvo mucho que argumentar para convencerlos de que se dirigieran a la República Checa con el sueño de crear su propio restaurante. El sueño se volvió realidad y ahora Alebrijes Bar Bar es uno de los restaurantes mexicanos más admirados por los praguenses.
Por esto Esteban se siente agradecido con la capital checa y dice que se trata de una ciudad maravillosa que ahora considera como su nuevo hogar.
Esteban cuenta que su adaptación en Praga fue fácil debido a que ha vivido en muchas partes del mundo y porque viajar siempre le ha gustado, posee un estilo de vida aventurero que da pie a nuevas experiencias. Al respecto agrega.
“Es fácil y es excitante para nosotros llegar a una ciudad nueva, hacer nuevos amigos, conocer nuevas cosas, la cultura, la comida. Viajar nos encanta, entonces fue una cosa fácil en ese sentido de llegar a la ciudad.”
Si tuviera que mencionar una dificultad en el proceso de adaptación, dice que sería el idioma ya que, en su opinión, el no conocer la lengua, hizo que se demorara más tiempo en poder aclimatarse y desenvolverse en un 100 por ciento.
“El idioma es completamente algo nuevo que de principio no entiendes nada, entonces creo que eso si fue lo único que si fue un poquito un shock cultural, al llegar y decir, está padrísimo, esta increíble la ciudad pero no puedo entender nada, no puedo saber ni como pedir un ticket de metro ¿no?.”
Luego Esteban agrega que la capital checa al ser cosmopolita, cuenta con personas de diversas partes del mundo lo que implica que hablar inglés se ha vuelto una normalidad y una ayuda a los extranjeros que viven de manera permanente y no dominan el checo, aminorando la dificultad de comunicarse.
Vive en Žižkov, que el bautizó como “Žižkov pueblo mágico”, por ser una de las partes donde viven muchos extranjeros y tener una buena vibra. Sobre la zona añade:
“Es una de las partes donde vive mucho extranjero, bueno lógicamente gente local, checa, pero tiene cosas muy padres, encuentras de todo desde la papelería que necesitas no sé hasta una vinoteca, restaurantes, parques. Está muy padre y ha crecido mucho y ha mejorado.“
Entre los lugares favoritos de la ciudad menciona los parques, como por ejemplo Kampa, también el puente de Carlos y caminar y tomarse algo por Náplavka a la orilla del río. Su zona favorita dice que es Malá strana.
“Creo que esta zona de Malá strana me gusta mucho, es como la parte vieja de Praga y me gusta mucho toda esta parte del Kampa park.”
Para la época de verano, Esteban cuenta que le gustan mucho los festivales que hacen en la ciudad, en especial los de gastronomía ya que de esta forma también puede participar con su restaurante. Hay otro tipo de festivales y eventos que también le llaman la atención.
“Me encantan los festivales de comida, y también no sé, convenciones de tatuajes, convenciones de música, infinidad de conciertos, vienen todos los artistas aquí a Praga.”
Asimismo, habla acerca de los otros planes que pueden disfrutarse en Praga durante esta estación calurosa:
“También puedes ir a caminar al río, a las albercas, a hacer bicicletas te rentan bicicletas aquí en la ciudad, entonces puedes andar bicicleta o te rentan motitos, unas motos ahí con las que puedes dar la vuelta por la ciudad y bueno hay parques por todas partes que te puedes ir a sentar ahí a leer, a asolearte, a tomarte una cerveza, ir con tus cuates, hacer un bbq o lo que sea, entonces es una inmensidad de cosas que son al aire.”
Con tantos planes y actividades para realizar Esteban dice en chiste que no va a dormir mucho durante el verano, luego añade de forma más seria que es cierto. Praga ofrece tantas cosas para hacer durante esta época que sus habitantes llegan a casa tarde, olvidando que se debe descansar.
