Por las sendas de la Sierra de Luzické, centro de producción de aranas de cristal

Y Radio Praga les invita ahora a emprender imaginariamente una excursión a la Sierra de Luzické, principal centro de producción de aranas de cristal de la República Checa.

La Sierra de Luzické, que forma una frontera natural con Alemania en el noroeste de la República Checa, no figura entre las montanas más visitadas por los turistas del país o del extranjero. No hay allí grandes centros de invierno ni lujosos hoteles con saunas, piscinas y canchas de tenis. La Sierra de Luzické no puede enorgullecerse de altas montanas y cerros escarpados; su montana más alta, Luz, alcanza tan sólo 793 metros de altura.

La mayor atracción para los turistas que visitan esta sierra es la naturaleza intacta y el paisaje pintoresco que se debe al origen volcánico de la sierra. Los volcanes, hoy extintos, originaron un terreno accidentado con grandes elevaciones y valles poco profundos. Casi la mitad de la sierra está cubierta por bosques frondosos, que hasta el siglo XV formaban una frontera natural impenetrable que protegía a la nación checa contra incursiones de sus enemigos.

La Sierra de Luzické fue desde el siglo XVII uno de los centros más importantes de la industria del cristal en las tierras de la antigua Corona Checa. En la ciudad de Kamenický Senov se fabrican hasta hoy aranas de cristal que luego se exportan a todo el mundo. Debido al gran auge de la industria cristalera, los originales bosques de hoja caduca fueron sustituidos por los de coníferas. Desde 1976 la sierra figura entre las reservas naturales checas, donde crece un gran número de plantas en peligro de extinción.

El lugar más apreciado desde el punto de vista botánico es un prado de orquídeas en las cercanías de la aldea Dolní Chribská. Entre la fauna de la Sierra de Luzické hay que destacar en primer lugar a las gamuzas, traídas de los Alpes a principios del siglo XX. Entre los centros de veraneo más visitados figura la ciudad de Chribská, desde antano centro de comerciantes.

La primera referencia histórica de esta ciudad data de la segunda mitad del siglo XIV, pero se dice que fue poblada ya dos siglos antes por los serbios que huyeron de los Balcanes por temor a los emperadores romano- germánicos que por aquél entonces trataron de dominar esa región. La primera fábrica de cristal fue construida en Chribská a principios del siglo XV; se trata de la fábrica de vidrios más antigua de Europa y funciona hasta nuestros días.

La ciudad de Chribská es un lugar ideal para salir de excursión. En los bosques que rodean esta ciudad hay ruinas de varios castillos en la roca. Su origen se ve envuelto en misterio, ya que sobre la historia de estos castillos y sus propietarios no se ha descubierto información alguna. El más grande es el castillo de Kyjov, situado en el promontorio rocoso que se encuentra sobre el río Krinice. Puede ser que haya sido fundado por aventureros que en el siglo XIII exploraban el terreno en busca de yacimientos de minerales valiosos.

De Chribská podemos trasladarnos a Jiretín pod Jedlovou, el centro de invierno más importante de la Sierra de Luzické. Los aficionados al esquí disponen de dos telesquíes y dos pistas de descenso, de 750 y 1250 metros de longitud. El antiguo pueblo minero de Jiretín, de 560 habitantes, fue declarado en 1998 "La Aldea del Año", título otorgado por la Oficina Presidencial checa a la aldea que contribuye en mayor medida a la renovación del campo.

Jiretín se encuentra al pie del cerro Jedlová, dominante natural de la parte occidental de la Sierra de Luzické. De este cerro, de 774 metros de altura, se extraía arenisco en el siglo XIX. Los canteros grabaron en la ladera meridional de la pedrera el rostro de una muchacha que en la niebla se perdió y falleció. En la cima de Jedlová encontramos un mirador de piedra, de 26 metros de altura, construido en 1891.

Junto al mirador fue levantado en 1905 un monumento al poeta alemán del romanticismo, Friedrich Schiller. Al llegar al cerro de Jedlová, se transforman en visita obligatoria las ruinas del castillo gótico Tolstejn, construido en la primera mitad del siglo XIII y saqueado por las tropas suecas durante la Guerra de los Treinta Años.

En nuestro viaje por la Sierra de Luzické no puede faltar una visita a Kamenický Senov, una ciudad de 3 600 habitantes, mundialmente famosa por sus aranas de cristal. La primera de estas piezas fue fabricada en esta ciudad en 1687 y hasta hoy adorna la sala principal del castillo Favoritce, cerca de la ciudad alemana de Baden-Baden.

Y fueron las aranas de cristal checas con sus típicos colgantes brillantes las primeras que lucieron en los palacios reales de la Corte Francesa del siglo XVIII: Versailles, Fontainebleau o Marly, por mencionar tan sólo algunos. Las aranas de cristal provenientes de Kamenický Senov fascinaron de tal manera a la emperatriz austríaca María Teresa que mandó adornar con ellas todas las salas de su palacio imperial de Viena.

Entre los clientes que admiraron el brillo y la frágil belleza de estas aranas figuran dinastías enteras de sultanes de Turquía y emires de la Península Árabe, así como varios zares rusos. Las aranas checas se pueden encontrar también en La Scala de Milano, en el Teatro de la Ópera Real de Roma, en muchos palacios y teatros de Madrid y Barcelona, así como en los edificios gubernamentales de México.

Antes de la Primera Guerra Mundial las aranas y otros productos de cristal de Kamenický Senov representaban una tercera parte de la exportación cristalera del Imperio Austro-húngaro. En Kamenický Senov fabricaban las aranas de cristal varias familias; las de mayor prestigio eran los Palme y los Jílek.

En Kamenický Senov se puede visitar la Escuela de Cristal, la más antigua del mundo, fundada en 1856, así como el cementerio, donde descansan restos mortales de los escultores checos Emanuel y Josef Maxa, autores de cinco grupos de estatuas en el Puente de Carlos, de Praga.

A dos kilómetros de esta ciudad se encuentra el monumento natural denominado "Panská skála", la "Roca Senorial", el último lugar que visitaremos en la presente edición de Radioviajes. Panská skála se extiende sobre una superficie de 1, 3 hectáreas, a 580 metros sobre el nivel del mar, y es uno de los ejemplos más ilustres de la eflorescencia de basalto de Europa.

En la "Roca Senorial" se extraía el basalto desde mediados del siglo XIX y hasta mediados del siglo pasado, pero hoy en día el único testimonio de esta intensa actividad minera es un pequeno y pintoresco lago que le da un toque singular y romántico a este monumento nacional. A Panská skála se le apoda "El Órgano", ya que su estructura recuerda este instrumento musical; está integrada por columnas basálticas hexagonales que alcanzan los 12 metros de altura y que tienen entre 20 y 40 centímetros de diámetro.