Písek: una perla en el mar de bosques de Bohemia del Sur
Ciudad en un mar de bosques, Atenas checa, centro de los jubilados y meca de los violinistas. Éstos son algunos de los nombres con que se suele llamar a Písek, una pequeña ciudad situada en Bohemia del Sur. En este Radioviajes les convenceremos de que vale la pena visitarla.
Antes de sumergirnos en las calles de Písek y a modo de introducción, un poco de historia.
La localidad en que está situada la ciudad fue poblada ya hace 2.000 años por los boios. Esta tribu celta tenía buen motivo para instalarse en la región ya que en sus suelos areniscos abundaba el oro. De allí también el nombre de la ciudad, Písek, que en español significa “arena”.
Sin embargo, la ciudad como tal surgió apenas en 1243, fundada por el rey Wenceslao I. Durante todo el Medievo fue uno de los lugares de recreo preferidos de los reyes checos, entre ellos, el emperador romano Carlos IV.Písek vivió sus peores momentos durante la Guerra de los Treinta Años, en el siglo XVII. La ciudad fue ocupada tres veces por el ejército austro-húngaro y tres veces cayó vencida.
Durante los siguientes años, Písek se recuperó de todos los males para convertirse a fines del siglo XIX y a principios del siglo XX en un importante centro cultural visitado por personajes de todo el mundo.
Hoy en día, Písek, con unos 35.000 habitantes, es una floreciente y pintoresca ciudad, que atrae la atención de turistas checos y extranjeros.
¿Aún no se han decidido viajar a Písek? Aquí les ofrecemos cinco motivos para visitar esta bonita ciudad. Y para convencerles, contamos con la ayuda de un verdadero especialista: el historiador y director del Museo Regional de Písek, Jiří Prášek.
Primero: En Písek se sentirán como reyes
No hay mejor manera de iniciar la ruta por Písek que visitando el castillo situado en el puro centro de la ciudad. Fue construido a mediados del siglo XIII por orden del rey checo Přemysl Otakar II. Durante siglos, el castillo perdió sus tres torres y de las cuatro alas originales sólo una ha permanecido hasta nuestros días. Su mayor atractivo es, sin duda, la gótica ‘Sala de los Caballeros’, decorada con pinturas del siglo XV.El edificio del castillo sirvió en el pasado como cervecería, posteriormente como cuartel militar y actualmente es la sede del Museo Regional de Písek, proclamado en 1996 Museo Europeo del Año.
Además de amplias colecciones de interés histórico, artístico y natural, este museo ofrece algo más, según su director, Jiří Prášek.
“Los visitantes del museo pueden conocer la historia y el proceso de explotación de oro en nuestra región. También tenemos una exposición de peces vivos. Contamos con cinco acuarios, de 2.000 litros de agua cada uno, en los que viven los diferentes peces típicos de los estanques y ríos de Bohemia del Sur”, recalca Prášek.
Segundo: Písek tiene el puente más antiguo del país
Es realmente una joya histórica. Construido en la segunda mitad del siglo XIII, es el puente de piedra más antiguo de la República Checa que se ha conservado hasta nuestros días.Es de 111 metros de largo y 6,3 metros de ancho, decorado con réplicas de estatuas barrocas de santos. Desgraciadamente, el monumento no ha resistido intacto el paso del tiempo, según afirma Jiří Prášek.
“El puente tiene siete arcos. Originalmente tenía ocho, pero durante las inundaciones de 1768 resultó dañado gravemente y cuando lo reconstruyeron unieron dos arcos en uno solo. También contaba con dos torres, una a cada extremo del puente, pero ninguna ha permanecido hasta hoy”, sostiene Prášek.
Tercero: Písek es la ciudad de los violinistas
La culpa la tiene Otakar Ševčík, un virtuoso al estilo de Paganini y un extraordinario pedagogo que escogió la ciudad de Písek para crear en ella, a principios del siglo XX, su famosa escuela de violín.Durante su carrera, Ševčík tocó en las mejores orquestas del mundo. Sin embargo, su prometedora carrera de virtuoso fue interrumpida por una grave enfermedad a causa de la cual el violinista perdió un ojo. El percance llevó al artista a descubrir una nueva faceta de su talento: sus excepcionales dotes pedagógicas.
En 1882 fue nombrado profesor del Conservatorio de Praga. En 1909 se trasladó a Písek donde fundó su propia escuela de violín. Durante los 25 años de su existencia, pasó por ella toda una pléyade de virtuosos de dimensión internacional, señala Prášek.
“Era una escuela importante a nivel internacional. Ševčík mismo se ocupó de instruir a los músicos más talentosos. Eran unos mil, en total, y muchos de ellos fueron aceptados en las mejores orquestas del mundo. Bastaba con decir que habían pasado por la escuela de Ševčík y tenían la puerta abierta”, destaca Prášek.
Cuarto: En Písek pueden visitar el piso del poeta Adolf Heyduk
Situada en la calle Tyršova, lejos del bullicio del centro histórico, se encuentra una pequeña casa neorenacentista, diseñada por el arquitecto Jan Koula, que guarda el Monumento al poeta Adolf Heyduk. Si se imaginan bajo estas palabras una vitrina de cristal con cuatro o cinco objetos que solía utilizar el artista, se llevarán una sorpresa. Al adentrarse en el piso, encontrarán las habitaciones tal como estaban cuando las habitaba Heyduk con su mujer, entre los años 1835 y 1923.Aunque no conozcan al poeta y su obra, vale la pena visitar su piso por simple curiosidad de saber cómo vivía la burguesía de la primera mitad del siglo XX. Y cómo hacía sus necesidades, añade Jiří Prášek.
“En el piso hay un sinnúmero de objetos artísticos y de uso cotidiano. Entre ellos, tenemos que mencionar el inodoro original de porcelana decorado con flores y una inscripción en letras doradas que pone ‘Vindobona’”, dice Prášek.
Quinto: En Písek se vive bien
La región de Písek es una de las más verde de todo el país. Cuenta con unas 6.500 hectáreas de bosques, por lo que suele ser llamada ‘la ciudad sumergida en un mar de bosques’.
Quizás es el motivo por el que la ciudad goza de tanta popularidad entre la gente mayor. Hay quienes dicen que la edad promedio de sus habitantes se sitúa diez años por encima de la media del país.
Pueden creerlo o no. Lo cierto es que de sus 35.000 habitantes, más de cien son mayores de 90 años, afirma Jiří Prášek.
Y al final, lo más importante: ¿Cómo llegar a Písek? Tomando Praga como el punto de partida, pueden escoger entre tres posibilidades. Viajar en coche por la carretera dirección a Strakonice, tomar el autobús en la estación ‘Na Knížecí’ o ir en tren. En todo caso, el viaje no durará más de una hora y media. ¡Buen viaje!
Foto: Kateřina Oratorová