Pardubice: pan de jengibre, carreras hípicas y un palacio incomparable
El pan de especias y la carrera hípica conocida como Gran Steeplechase son dos símbolos indiscutibles de Pardubice. Nosotros les presentaremos esta bonita ciudad checa también desde otra perspectiva: como antigua sede de la noble familia de los Pernštejn y como una moderna y dinámica metrópoli involucrada en numerosos proyectos europeos.
Este dulce llegó a las tierras checas de la vecina Alemania en el lejano siglo XIV y su producción se concentró precisamente en Pardubice. Siete siglos después, la tradición permanece viva, aunque menos fuerte, según afirma Antonín Novotný, presidente de la asociación ‘Pan de Jengibre de Pardubice’ (‘Pardubický perník’) y dueño de una fábrica de esta delicia.
“Tanto el pan de especias relleno como el decorado siguen fabricándose en Pardubice, pero en una cantidad mucho menor que, por ejemplo, en los años 20 y 30 del siglo pasado. Entonces había aquí cuatro empresas que empleaban entre 500 y 600 personas cada una. Actualmente, las fábricas suelen tener entre 20 y 30 trabajadores”, lamenta Novotný.
Pardubice también es famosa por la cría de caballos y la carrera hípica Gran Steeplechase, considerada como la más difícil del viejo continente. Jiří Binder, del Departamento de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento de Pardubice, cuenta más detalles.
“La tradición de la cría de caballos en la región de Pardubice data del siglo XVI cuando se fundó la famosa Caballeriza de Kladruby nad Labem, que criaba caballos para la Corte Imperial de Viena y para la Corte Real de Praga. Se puede decir que la fama de esta caballeriza continúa hasta nuestros días lo que se muestra en el hecho de que los caballos de Kladruby suelen ser utilizados en las ceremonias de la Corte Real de Suecia”.
Respecto a la Gran Carrera Hípica de Pardubice, la famosa Steeplechase, Jiří Binder comenta.“Cada año tenemos alrededor de 45.000 visitantes que ven la carrera en vivo en el espectacular hipódromo de la ciudad, miles de ellos son del extranjero, especialmente de las islas Británicas, y otros millones siguen la carrera por televisión”.
Pero no solo para carreras y ceremonias reales se utilizan los caballos en Pardubice, continúa Jiří Binder.
“Entre otras actividades equinas podemos mencionar la equinoterapia, que es un tratamiento de personas discapacitadas donde el elemento central es el caballo. Y aquí en la ciudad, un centro equino muy importante es el Apolenka”.La Gran Steeplechase es también el tema de la canción ‘Marcha’ (‘Jízda’), de Hana Zagorová.
Mientras que el pan de jengibre y la Gran Steeplechase son los atributos emblemáticos de Pardubice, pocos saben que esta ciudad esconde una verdadera joya arquitectónica.
Es el palacio, construido a fines del siglo XV por la noble familia Pernštejn en el lugar de una fortaleza medieval. Jitka Rychlíková, directora del Museo de Bohemia Oriental, explica qué es lo que distingue el palacio entre miles de otros que se encuentran dispersos por el país.
“Los Pernštejn transformaron el incómodo castillo medieval en un palacio agradable para vivir. Pero, además, hicieron algo insólito. Rodearon el palacio renacentista con una alta pared de arcilla y encima reforzaron la protección con murallas de piedra y un foso. Crearon así una obra especial, una mezcla de castillo y palacio, única en el país. Gracias a esta característica, el palacio de Pardubice fue incluido este año entre los monumentos del Patrimonio Nacional”, recalca Rychlíková.Los Pernštejn eran procedentes de Moravia. Para estar más cerca de Praga y así tener mayor influencia en la política del país, escogieron Pardubice para instalar allí su nueva sede.
A la hora de construir el palacio prestaron mucha atención no sólo a su protección contra posibles enemigos, sino también a sus interiores. Aunque dañados parcialmente por las reformas posteriores, éstos siguen causando sensación entre los expertos y los aficionados al arte.
Entre los principales atractivos del edificio están las pinturas renacentistas que decoran las paredes de las salas representativas del palacio, afirma Jitka Rychlíková.“Cabe mencionar la pintura situada en la Sala de Adalberto (Vojtěchův sál) que representa la leyenda bíblica sobre Sansón y Dalila. Refleja precisamente el momento cuando Dalila le corta el pelo a Sansón y así le hace perder su fuerza”, destaca Rychlíková.
Otra pintura interesante se encuentra en la sala llamada Masshaus. Es inspirada en la obra de Lucas Cranach y representa la antítesis entre el Viejo y el Nuevo Testamento.
Una vez que los Pernštejn, en apuros económicos, lo vendieron, el palacio de Pardubice siguió el destino de muchos otros de su tipo.Primero fue instalada en él una fábrica cervecera, posteriormente se transformó en una granja y al final fue dividido en apartamentos individuales habitados por veteranos militares. Y poco a poco se fue convirtiendo en ruina.
La salvación llegó en 1920 cuando fue adquirido por los aficionados a la historia y coleccionismo locales, agrupados en la Asociación de Museos, que realizaron las reformas indispensables. En los años 90 del siglo XX, fue sometido a una compleja reconstrucción.
Hoy en día es la sede del Museo de Bohemia Oriental, que se esfuerza por ofrecer al público una amplia gama de actividades y así atraerlos al palacio.
Los visitantes pueden ver diferentes exposiciones permanentes, como la dedicada a la naturaleza de la región, las armas históricas, la numismática o la que presenta la tradición vidriera checa, según recalca Jana Rychlíková.“Se trata de la mayor exposición de este tipo del país. Está dividida en dos partes. Una, dedicada a la historia de la producción de vidrio en el país y la otra, centrada en el vidrio decorativo. Pueden apreciar aquí la obra de 80 artistas vidrieros que influyeron de manera decisiva en el desarrollo de esta disciplina a nivel internacional”, sostiene la directora.
En las bodegas del museo se encuentra, además, la mayor colección de tarjetas postales de Europa Central, que consta de más de 350.000 piezas. Una pequeña muestra se exhibe en el marco de la exposición titulada Orbis Pictus.
Pardubice, con unos 160.000 habitantes, es una ciudad moderna y dinámica que participa en numerosos proyectos europeos y mantiene activas relaciones con otras ciudades del viejo continente, según cuenta Jiří Binder, del Ayuntamiento de la ciudad.
“Pardubice mantiene relaciones con 13 ciudades hermanas y con siete de ellas tiene firmados acuerdos de colaboración. La ciudad es también parte del proyecto CreArt que pretende promover creatividad a través del intercambio de experiencias en el área de artes visuales. Otro proyecto en el cual cooperamos es la asociación EURO EQUUS cuyo propósito es promover y desarrollar más allá el patrimonio cultural del caballo”.En un estudio realizado por tercer año consecutivo por la compañía MasterCard, Pardubice ocupó el tercer puesto entre las ciudades checas donde mejor se vive. A Jiří Binder no le sorprende el resultado.
“Pardubice es una ciudad industrial que ofrece muchas oportunidades de empleo, pero al mismo tiempo proporciona a sus ciudadanos un ambiente seguro y sano, con muchas áreas verdes y con una intensa vida cultural y deportiva. Tal vez, se pueda decir que es un paquete completo de ventajas competitivas y eso nos explica un poco porque es considerada como un lugar atractivo para vivir”.
Para comprobar las palabras de Jiří Binder, visiten cuanto antes esta bonita ciudad. Les deseamos buen viaje.