Palach dio impulso a una ola de antorchas vivientes hace 46 años
Chequia conmemora este viernes el 46 aniversario de la autoinmolación del estudiante Jan Palach, que se suicidó en protesta contra la ocupación soviética de 1968. Su acto inspiró a varios jóvenes que siguieron su ejemplo tanto en Checoslovaquia, como en el extranjero.
El estudiante de 20 años de edad con su suicidio buscaba avivar las protestas contra la ocupación de las tropas del Pacto de Varsovia que en agosto de 1968 asfixiaron la intentona de reformas comunistas en Checoslovaquia, según señaló el historiador Petr Blažek.
“La protesta de Palach despertó un gran interés y volvió a llamar la atención sobre la triste situación en Checoslovaquia cinco meses después de la ocupación, cuando las fuertes protestas de la sociedad, producidas inmediatamente tras la invasión, ya estaban perdiendo la fuerza. La situación política comenzó a girar y estaba claro que el país se encaminaba hacia la renovación de un régimen neostalinista”, dijo.
Unos quince días antes de su muerte Palach envió una carta a uno de los líderes estudiantiles exhortando a la sublevación, que debió comenzar con la ocupación del edificio de la Radiodifusión Checoslovaca. Pero la carta quedó sin contestar.“Palach indicaba en la carta que gracias a la proximidad de la Universidad de Economía, con miles de estudiantes, sería posible ocupar el edificio de la Radiodifusión y transmitir un llamamiento para convocar una huelga general”, mencionó el experto en historia.
El llamamiento de Palach de provocar un levantamiento masivo no tuvo el efecto requerido, pero su entierro se convirtió en una manifestación multitudinaria por la democracia y la libertad en Checoslovaquia.
Aunque Palach había declarado que no deseaba que otros siguieran su ejemplo, su acto inspiró a varias personas para convertirse en antorchas vivientes. Después de su muerte, los estudiantes Jan Zajíc y el obrero Evžen Plocek se quemaron a lo bonzo y las autoridades checoslovacas registraron un total de 29 intentos de autoinmolación entre enero y abril de 1969.La repercusión del sacrificio de Palach cruzó incluso las fronteras checoslovacas. Cuatro días después de su muerte, falleció el húngaro Sándor Bauer, de 17 años de edad, que se autoinmoló en Budapest en protesta contra la ocupación soviética.
Mientras que el griego Kostas Georgakis se quemó a lo bonzo en 1970 para denunciar la Dictadura de los Coroneles. El estudiante se suicidó en la ciudad italiana de Génova, según recuerda el traductor griego, radicado en Chequia, Jorgos Avramopulos.
“Él amaba mucho la libertad y, sobre todo, la justicia. Fundó una revista estudiantil en la que publicaba sus opiniones acerca de la situación política y el estado de la sociedad”, indicó.
Varios actos conmemorativos en homenaje al legado de Jan Palach tienen lugar este viernes en la República Checa. El ministro de Cultura, Daniel Herman, ha depositado una corona de flores al pie del Museo Nacional. Un acto de piedad se efectuará en la Iglesia de San Nicolás de Praga, mientras que los estudiantes se reunirán frente a la Universidad Carolina en la que está colocada la placa conmemorativa a Jan Palach.