Novedoso tratamiento del cáncer
Científicos checos han descubierto un novedoso método para el tratamiento de los tumores. El procedimiento da asombrosos resultados en las cobayas y queda por probarlo sistemáticamente en los seres humanos.
Los orígenes del novedoso método se remontan a 1957 cuando en el hospital comarcal de Sokolov, en Bohemia, un paciente con un tumor maligno se sometiera a una intervención quirúrgica. Al abrir su abdomen, los médicos se dieron cuenta de que el tumor era demasiado grande como para ser extirpado por el habitual método quirúrgico.
El Dr. Karel Foltýn, jefe del equipo de cirujanos, recurrió a un método insólito: separó el tejido estomacal con el tumor del sistema vascular que transporta los nutrientes. Un conducto que comunicaba el resto del estómago con el intestino delgado aseguraba el paso de los alimentos. Tras la intervención, el paciente se curó y vivió todavía más de diez aòos.
El éxito entusiasmó al Dr. Foltýn, pero cuando quiso repetir el tratamiento en otros pacientes, tropezó con el rechazo de los colegas. En vista de ello, el médico decidió verificar la eficacia de su método en las cobayas animales. En 1971 empezó a realizar sus investigaciones en el Instituto de fisiología y genética animal, en Libechov, al norte de Praga, donde acabó por formarse todo un equipo de expertos, enfrascado en este tipo de experimentos.
Los especialistas testaron primero qué pasaría en el cuerpo de los animales sanos después de que parte de uno de sus órganos fuese separada del sistema vascular, interrumpiéndose la irrigación con sangre. Fue necesario verificar si la descomposición del tejido canceroso, necrótico tras la pérdida de la alimentación, provocaba la infección del organismo.
Pero ello no sucedió nunca durante los experimentos. Los cerdos en miniatura en los que fueron realizados dichos experimentos sobrevivieron, aunque los científicos separasen del riego sanguíneo un tramo de 180 centímetros del intestino delgado. El cuerpo de las cobayas animales absorbió el intestino separado.
A principios de los noventa, los investigadores realizaron experimentos con una línea especial de cerdos enanos que padecen frecuentemente de tumores malignos de la piel, conocidos como melanomas. En el 57 por ciento de estos cerdos, la enfermedad maligna se declara en los primeros dos meses de vida, algunos ya nacen con tumores. Posteriormente se forman metástasis en el bazo, en los ganglios linfáticos, en el aparato digestivo y en los pulmones, y el animal muere.
Así evoluciona la enfermedad maligna en los cerdos experimentales en caso de que no intervengan los médicos. Si aplican su novedoso método de tratamiento del cáncer, los cerdos -miniatura siempre se curan.
Y ello sin haber sido necesario recurrir a la quimioterapia o radioterapia. A los animales se les practica tan sólo una pequeòa ligadura de los vasos sanguíneos que alimentan el tumor. Y lo más asombroso es que con el tumor principal desaparecen también las metástasis. Los investigadores checos opinan que el tejido necrótico del tumor activa probablemente el sistema inmunológico del animal y éste aniquila también las células cancerosas de las metástasis.
Existe la esperanza de que los alentadores resultados se repitan en otras especies animales y un día quizás también en los humanos.