SATurnin 1: El satélite más grande lanzado por Chequia que toma su nombre de la literatura
El nuevo satélite SATurnin-1 encargado por el Ministerio de Defensa de la República Checa es el más grande que se ha producido en el país. Su misión principal será capturar imágenes de la tierra y transmitir información.
La República Checa marcó un hito en su exploración espacial con el lanzamiento de SATurnin-1, el satélite más grande desarrollado hasta la fecha en el país. Con un tamaño de 20x20x30 centímetros, este dispositivo tiene como misión capturar hasta 100 imágenes detalladas de la Tierra por día con un alto nivel de precisión. La trayectoria del satélite la comenta Petr Svoboda, ingeniero de sistemas de VZLÚ Aerospace, el Instituto de Investigación Aeroespacial a cargo del proyecto.
“El satélite orbita y sobrevuela la zona de interés dos veces por la mañana y dos veces por la tarde, es decir, cuatro veces al día. El tiempo en que podemos tomar fotografías es de unos diez minutos, e incluso menos si no queremos disparar desde un ángulo demasiado grande. Durante este tiempo, hay que hacer el mayor número posible de fotos, guardarlas y enviarlas por radio”.
SATurnin-1, cuyo desarrollo fue encargado por el Ministerio de Defensa checo, ya se encuentra en órbita y ha establecido comunicación exitosa con la Tierra. Aunque se trata de un satélite pequeño en términos globales de dimensión, su capacidad para realizar tomas frecuentes lo convierte en una herramienta de gran utilidad para la observación del planeta. Svoboda aclara cómo se transmiten los datos del satélite al Ministerio de Defensa, que es quien decide la dirección de la mirada del dispositivo. La información, por lo tanto, no es pública.
“Un determinado modo de funcionamiento puede consistir en crear datos y transmitirlos al cliente sin verlos ni entenderlos, codificados de alguna manera”.
Con el nombre de SATurnin, el satélite homenajea al sirviente así llamado de la novela del autor checo Zdeňek Jirotka, aunque inicialmente el proyecto se conocía con el nombre de Golem-X, en referencia a la famosa figura mítica checa, también un tipo de sirviente.
Otro factor interesante que los científicos tomaron en cuenta fue la producción de los propios componentes, que fueron desarrollados en el país por varios motivos, aclaró Svoboda.
“Por un lado, los fabricantes ni siquiera quieren vender esos componentes. Es un problema comprar una fuente de energía por separado, o comprar un ordenador por separado. Más todavía comprar un sistema de control de orientación por separado. La mayoría de los satélites que se venden hoy en día son llave en mano. Es decir, te dan toda la plataforma, incluyendo la estructura, la fuente de energía, las radios, el sistema de control de orientación”.
Otro factor importante a la hora de decidirse por producir los componentes fue el objetivo de no depender tecnológicamente de proveedores extranjeros, aclara el ingeniero.
“Es parecido a comprar un vehículo. Lo normal es que tenga que comprar el coche entero, y luego uno queda a merced del fabricante para hacer el mantenimiento del coche, o muy a menudo el servicio de operación del dispositivo está ligado al proveedor. Por eso hemos optado por desarrollar internamente el mayor número posible de componentes, para ser independientes y no tener que preocuparnos de si alguien nos los va a suministrar para el próximo satélite, o si por casualidad nos enemistamos y se niegan a operar el satélite”.
SATurnin-1 abre nuevas puertas para la investigación espacial checa y su éxito podría ser el primer paso para futuras misiones y desarrollos en el ámbito de la exploración y observación espacial.