El erizo checo, la mejor barrera antitanque de la historia
En casi todos los conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial se ha utilizado la barrera antitanque conocida como el erizo checo. Se trata de un eficaz obstáculo de defensa formado por barras metálicas angulares, inventado por František Kašík.
El erizo checo fue utilizado durante la Segunda Guerra Mundial, en el Muro de Berlín, ahora se usa en Ucrania y en muchos otros enfrentamientos bélicos. Hoy se puede ver entre los objetos históricos del Museo Militar Técnico de Lešany, en Bohemia Central. Según confirmó a Radio Praga Internacional el teniente coronel Jan Fedosejev, uno de los comisarios de la exposición, el obstáculo fue inventado por el checo František Kašík.
“El autor de este sistema de defensa antitanque fue el comandante checo František Kašík. Comenzó a trabajar en el proyecto en 1935, cuando estaba al frente de la Dirección de Trabajos de Fortificación. La tarea de esa institución fue edificar un sistema de fortificaciones a lo largo de la frontera checoslovaca, para evitar un ataque inesperado de los países vecinos, sobre todo de Alemania. Además de las fortificaciones y refugios militares se creó un sistema compacto de barreras de defensa antitanque con los mencionados erizos checos”.
Aquel sistema, conocido como el “Muro Checoslovaco” contó con el erizo checo como un elemento fundamental. La fabricación del erizo comenzó entre 1937 y 1938, según dijo a Radio Praga Internacional Jan Fedosejev. Se supone que en esa época fueron fabricados entre 150.000 y 200.000 obstáculos antitanque.
No obstante, la situación en Europa fue cambiando y en marzo de 1939 Alemania ocupó Checoslovaquia, entregando esta última sus territorios a los nazis sin un solo disparo, como consecuencia del Pacto de Múnich.
“Tras la creación del Protectorado de Bohemia y Moravia por los nazis, el ejército alemán sometió a prueba al erizo checo y le sacó el máximo provecho posible. Con mucho éxito lo utilizó, por ejemplo, en el frente oriental, así como en el llamado Muro del Atlántico. Todavía en 1944 los nazis lo utilizaron en las playas de Normandía”.
El erizo checo es muy eficaz para evitar que las unidades enemigas atraviesen una línea defensiva. Está formado por tres barras metálicas cruzadas en forma de L que tienen poco menos de dos metros de longitud y un peso de 198 kilogramos. Durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado también por la entonces Unión Soviética. Las variantes más modernas del erizo checo se utilizan hasta el presente en diferentes conflictos armados.
Muy efectivo resulta el erizo checo en la protección de las calles de una ciudad, destacó el teniente coronel Jan Fedosejev.
“En las ciudades el erizo checo demostró ser un ayudante ideal para la protección de las calles. Basta con colocar dos o tres erizos y contar con el respaldo de la artillería y cualquier calle se vuelve intransitable”.
El erizo checo original se puede ver actualmente en museos, así como en documentales y en varias películas, como por ejemplo la película de acción británica D-Day de 2019, dirigida por Nick Lyon.
Para František Kašík, padre del erizo checo, fue muy duro el hecho de que su invento, creado para defender Checoslovaquia, fuera utilizado posteriormente por la Alemania nazi.
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