Las Terrazas Barrandov, el mejor restaurante de la Primera República recupera el brillo de antaño
Las Terrazas Barrandov vuelven poco a poco a la vida. La renovación de uno de los restaurantes más emblemáticos de la Praga de los años 30 avanza. Se espera que la reapertura de la primera etapa llegue el próximo año.
El complejo conocido como Terrazas Barrandov fue construido en 1924 por el padre del ex presidente checo Václav Havel. Se inspiró en el pabellón Cliff House, que se erguía en una roca sobre el Océano Pacífico en San Francisco, Estados Unidos.
Concebido como un gran restaurante de verano, las Terrazas Barrandov se convirtieron en refugio de las estrellas de cine y personalidades de la época.
Ofrecía ambientes muy variados para todos los gustos, necesidades y bolsillos.
El Café de la Terraza podía recibir a unas 3000 personas, había un restaurante francés, salones para actividades privadas, una piscina al aire libre y el famoso Bar Trilobit, frecuentado por directores y estrellas de cine.
Las Terrazas Barrandov tenían una de las mejores vistas de la ciudad al río Moldava y su eslogan decía algo así como “En las afueras de la ciudad, pero todavía en Praga”.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los comunistas nacionalizaron el inmueble y empezó a escribirse la era más oscura de uno de los sitios más famosos de la capital. A pesar de ser declarado monumento cultural en 1988, los comunistas no lo salvaron y su fin se acercaba. Los cambios políticos y económicos tras la derrota del régimen comunista tampoco le beneficiaron.
La esperanza llegó en 2016, cuando empezaron las obras de renovación a cargo del arquitecto Ondřej Kukral.
“He estado vinculado a Barrandov desde hace mucho tiempo. Solíamos venir aquí a menudo, cuando todavía estaba en la Universidad. Siempre valió la pena venir y detenerse a admirar el edificio”.
En declaraciones a la Radio Checa, el arquitecto recordó los años 90, cuando se hicieron los primeros planes para revitalizar la zona.
“Entré en contacto con el entonces presidente Václav Havel. Desde el principio expresó su interés por las obras. Le alegró la noticia de que había un nuevo inversor. La familia Havel había estado buscando financiación durante mucho tiempo, pero todo terminaba en un callejón sin salida”.
Durante muchos años el abandono de las Terrazas Barrandov las deterioraron a tal punto que se convirtió en un vertedero de basura y refugio de personas sin hogar.
Gracias al proyecto de renovación, las Terrazas Barrandov se visten de gala nuevamente, pero no será solo un restaurante como en su época más famosa. Los nuevos inversores construyen en el lugar dos edificios nuevos a la derecha y a la izquierda del inmueble histórico. Uno es negro, en forma de trapecio con un balcón largo que sobresale sobre la roca. El segundo edificio serpentea a lo largo de las terrazas originales. En ambos se habilitará un hotel de lujo.