Se cuestiona la titulación de un chileno que hace operaciones estéticas en Praga
Un supuesto cirujano estético de Chile trabaja en varias clínicas dermatológicas de Praga sin contar con la titulación necesaria ni cumplir con otras obligaciones que impone la ley checa, según un reportaje de la Radio Checa. Su caso no es el único. El chileno niega las acusaciones.
Alberto Leguina Ruzzi completó una licenciatura en Ciencias Biológicas y un doctorado en Ciencias Médicas en la Pontificia Universidad Católica de Chile, pero no es médico, según confirmó el propio centro educativo tras una consulta de Radio Praga Internacional. Eso no le ha impedido trabajar como dermatólogo y cirujano estético en varias clínicas privadas en Praga.
En las páginas web de las mismas luce un currículo donde no faltan cursos o residencias en Nueva York o Londres. En su perfil en Instagram comparte los resultados de sus intervenciones estéticas y fotografías de congresos y lecturas en todo el mundo.
En Chequia vive desde hace seis o siete años, durante los últimos cinco ejerce de dermatólogo. Durante algún tiempo fue empleado por el Instituto de Fisiología de la Academia de Ciencias Checa como trabajador científico, un puesto que correspondía a su formación, de acuerdo con el jefe del centro, Petr Ježek. Allí, Leguina llevaba a cabo investigaciones, experimentaba con animales y utilizaba herramientas quirúrgicas. Cómo pasó de operar a roedores a trabajar en clínicas de cirugía estética o dermatológica, se desconoce.
En la actualidad, Leguina se especializa en el relleno de labios y el blanqueamiento de ano, según indicó en entrevista con el servidor Lui.cz en 2020.
En sus declaraciones para Radiožurnál, emisora de la Radio Checa, el chileno se mostró menos complaciente: “Mis pacientes están satisfechos. Cuento con plena cualificación, que ha sido verificada por la Alcaldía Mayor de Praga y el Ministerio de Salud. Los médicos extranjeros sufren discriminación aquí. Todo lo encubre la mafia de la Cámara de Médicos Checa. Ustedes representan el mal”, afirmó Leguina antes de oponerse a la publicación de la conversación.
Además de no contar con la educación necesaria, el chileno tampoco aparece en los registros del Ministerio de Educación ni es miembro de la Cámara de Médicos Checa, un paso obligatorio para ejercer la profesión en el país.
Michal Sojka, portavoz de la Cámara, afirma que se trata de una violación de la ley por parte del supuesto médico.
“Cada extranjero que quiere trabajar en la República Checa debe presentar la validación de su diploma profesional de su país de origen. En caso de los ciudadanos de terceros países, éstos deben trabajar primero algún tiempo de prueba y someterse luego a un examen de aprobación profesional”.
Por su parte, el jefe de la Cámara, Milan Kubek, pone en cuestión también la legalidad de las propias instituciones que emplean a personas como Leguina.
“El establecimiento debe presentar una lista de sus empleados, su personal sanitario. Así que si alguien ejerce de médico pero no es miembro de la Cámara de Médicos Checa, está violando la ley. Y es posible incluso que el propio centro médico no se haya registrado debidamente”.
El caso de Leguina, revelado gracias a una investigación de la Radio Checa, es solo uno de muchos. El Ministerio de Salud le está dando seguimiento a la causa, de acuerdo con Martina Čovbanová, del Departamento de prensa de la cartera.
“El Ministerio de Salud sigue actualmente el tema. Las investigaciones pueden llevar varias semanas. En caso de que fuera necesario, los individuos en cuestión podrían ser juzgados por los tribunales”.
También la Alcaldía Mayor de Praga afirma estar investigando. Es precisamente la autoridad capitalina la que otorga licencias médicas. Leguina Ruzzi cuenta con una licencia de autónomo, pero para ofrecer servicios de peluquería y cosmética. No obstante, al ser cuestionada por la Radio Checa, los representantes de la clínica ABClinic Art&Beauty, donde se encontraba empleado, aseguraron que todo estaba en orden y que varios médicos empleados allí no eran miembros de la Cámara de Médicos Checa ya que no era obligatorio.
Sin embargo, a pesar de las declaraciones de la clínica, la fotografía y el nombre de Alberto Leguina Ruzzi desaparecieron de sus páginas un par de días después de la visita del redactor de Radiožurnál.
Martina Čovbanová, del departamento de prensa del Ministerio de Salud, afirma que hay al menos otros dos médicos sospechosos en la misma clínica. Esta es propiedad de la empresa Beauty Ventures que, según incida el registro mercantil, está en manos del banquero eslovaco Miroslav Lukač, quien ocupó durante varios años puestos de relevancia en Rusia.
Los médicos que trabajan de esta manera en Chequia, es decir, sin la licencia o educación necesaria, son varios, según descubrió Radiožunál. En su mayoría provienen del extranjero. A sus pacientes cobran enormes sumas de dinero por intervenciones realizadas, principalmente, gracias al hecho de que las clínicas privadas no cuentan con acuerdos con las aseguradoras médicas.
La Policía se ha dedicado a investigar casos similares en el pasado, pero de acuerdo con el portavoz de la Cámara de Médicos Checa, nunca se alcanzaron resultados concretos.
Por eso, Sojka recomienda a los pacientes que consulten la web de la Cámara, donde pueden encontrar una lista de todos los médicos reconocidos por las autoridades checas.
Desde la publicación del artículo por Radiožurnál, Leguina Ruzzi ha reaccionado ante las acusaciones a través de su cuenta de Instagram. En su post declara contar con la educación adecuada y afirma que su título de médico ha sido homologado por la Facultad de Medicina de la Universidad Carolina de Praga.
En cuanto al hecho de no estar registrado en la Cámara Médica Checa, Leguina cita como factor limitante su insuficiente dominio del checo. En términos generales asegura que su esfuerzo siempre ha sido cumplir con los requisitos legales checos.
