Arte en miniatura en un museo de Praga
El Museo de Miniaturas es el único de la ciudad de Praga en el que los visitantes necesitan un microscopio para contemplar las obras.
El Museo de Miniaturas es un lugar de Praga donde no se exhiben pinturas ni esculturas convencionales. Sus obras son minúsculas y los visitantes necesitan un microscopio o una lupa para poder apreciarlas.
El museo está situado en el patio del monasterio de Strahov y durante más de dos décadas se ha centrado en ofrecer una experiencia un tanto diferente.
Dentro del museo podemos encontrar una amplia variedad de microscopios. Gracias a ellos, los visitantes pueden observar las obras y sus detalles, que pasarían desapercibidos a simple vista.
Las obras que se exponen en el museo pertenecen a un género de bellas artes llamado arte en miniatura, que fue fundado en la década de los 50 por el artista armenio Edward Ter Ghazarian.
El género se hizo popular posteriormente en Rusia, lugar en el que se plantearon siete desafíos que debía efectuar todo aquel que quisiera ser considerado un artista en miniatura.
Ignat Kinol es el director del Museo de Miniaturas y cuenta que estos desafíos consistían en superarse a sí mismos e ir creando arte en elementos cada vez más diminutos.
“Empezaron con pulgas. En Siberia había un libro que relataba cómo un artista había sido capaz de crear unas herraduras que le sirviesen a una pulga, así que le copiaron. Luego fue el arroz, empezaron a dibujar en granos de arroz, y después fue el pelo. Más tarde comenzaron a poner cosas encima de agujas”.
El Museo de Miniaturas se estableció en un primer momento en la ciudad rusa de San Petersburgo, antes de trasladarse a la capital checa a finales de la década de 1990.
El artista que cuenta con más piezas en el museo es el ruso Anatoly Konenko, seguido de Ghazarian, y de otro ruso, Nikolai Aldunin. Kinol afirma que Konenko es conocido principalmente por sus minúsculas pinturas pero que, en un principio, el ruso se dedicaba a fabricar instrumentos para cirujanos oculares.
“Este oficio le permitió aprender a cortar y a hacer piezas muy pequeñas y detalladas. Los artistas se fabricaban sus propias herramientas para crear las obras, dado que no podían usar herramientas comunes. Además, como no hay una escuela oficial de micro miniatura, todos los artistas se habían dedicado previamente a otras cosas”.
La pieza más famosa de Konenko es un libro que contiene el cuento de Chéjov El Camaleón y se puede visitar actualmente en este museo de Praga.
Otra exhibición conocida del museo es una bicicleta de Aldunin. Está hecha de oro puro, tiene solo unos pocos milímetros de longitud y está colocada encima de una aguja. El museo también ofrece reproducciones en miniatura de obras de artistas famosos como Matisse, Dalí y Leonardo da Vinci.