El lúpulo de Žatec, el mejor del mundo
El 'Museo del Lúpulo' situado en la ciudad de Žatec ofrece la mayor exhibición en su género del mundo y revela la historia del cultivo de su peculiar lúpulo rojizo, considerado uno de los mejores del globo.
La ciudad de Žatec y el lúpulo son casi sinónimos. El rey de los lúpulos, que según los lugareňos no debe faltar en ninguna cerveza checa, conserva sus cualidades exclusivamente en las tierras de Žatec, ciudad considerada la meca de la cerveza checa.
La tradición de su cultivo data del siglo XIII y desde entonces se fue convirtiendo en la actividad más próspera de esta urbe situada entre Praga y Karlovy Vary, seňaló para Radio Praga Internacional el gerente del Museo del Lúpulo, Vladimír Valeš.
“El lúpulo significaba para la ciudad unos ingresos enormes, empezó a exportarse, la economía crecía y en la ciudad surgió una nueva clase de comerciantes que vivieron su época dorada en el siglo XIX”.
En la ciudad de Žatec empezaron a crecer numerosos almacenes y salas de embalaje de lúpulo que en 1900 llegaron a ser más de ochenta. El Museo del Lúpulo se encuentra en uno de estos espacios auténticos que hoy día presume del título de Monumento Técnico Nacional.
Žatec, la metrópoli mundial del lúpulo
La fama del lúpulo rojizo, cuya calidad según muchos cerveceros no tiene parangón en el mundo, se fue extendiendo más allá de Europa y la ciudad de Žatec se convirtió en la metrópoli de lúpulo, afirma el gerente.
“La mayoría de las empresas locales tenían su sede en Žatec y contaban con sucursales en ciudades como Núremberg o Nueva York. En Žatec se establecían los precios de mercado del lúpulo mundiales. Después de la Primera Guerra Mundial llegó un decaimiento ocasionado, entre otros factores, por los malentendidos entre los comerciantes y la alcaldía de Žatec que al final provocaron el traslado de muchos comerciantes a la ciudad alemana de Núremberg”.
Una amargura sabrosa y un aroma placentero son las principales cualidades del lúpulo rojizo conocido también bajo el nombre saaz. Su excepcionalidad se debe a las cualidades de la tierra y el agua locales. Por mucho que lo intentaran, los agricultores no lograron cultivar un lúpulo de las mismas cualidades en otros países, ya que la variedad de saaz se fue adaptando a lo largo de la historia a las condiciones locales. Vladimír Valeš explica por qué muchos cerveceros coinciden en que este tesoro verde es uno de los mejores del mundo.
“Se caracteriza por un equilibrio entre las sustancias amargas y las aromáticas. Con esto difiere del lúpulo amargo, cultivado en zonas situadas al oeste de Žatec, que se caracteriza por su amargura, pero carece de aroma. El lúpulo de Žatec siempre ha sido conocido como uno de los pocos lúpulos capaces de dar sabor a la cerveza. Creo que en otro lugar del mundo no existe un lúpulo con estas características. Por supuesto, no todos los cerveceros tienen que opinar lo mismo, pero yo creo que sin el lúpulo de Žatec no se puede preparar una buena cerveza”.
El museo ofrece una mirada a los procesos de elaboración del lúpulo y muestra las herramientas utilizadas a lo largo de la historia. La exhibición es concebida para que los visitantes viajen desde el siglo XIX hasta el presente. Llegarán a conocer asimismo el sistema de calificación del lúpulo y la denominación de origen que se inició en el siglo XVI para garantizar su autenticidad, explica Valeš.
“Este sistema se desarrolló aún más durante el reinado de María Teresa de Habsburgo. Entonces se abrió una oficina de calificación del lúpulo que protegía este producto ante la falsificación y también ante los comerciantes que eran capaces de mezclarlo con cualquier cosa para tener mayores ganancias. El inspector de la oficina controlaba que se manejara exclusivamente el lúpulo local. Los certificados y sellos históricos con los que se proveían los costales los podemos ver aquí en el museo”.
La exhibición muestra que el cultivo y el procesamiento del lúpulo representaba un trabajo duro, pero beneficioso, explica el gerente.
“Para los recolectores del lúpulo que venían a Žatec en el siglo XIX este trabajo significaba una ganancia inmensa. Trabajaban muchas horas y ganaban lo suficiente para vestir a sus hijos y para comprar comida. Para los que trabajaban bien y mucho era una labor lucrativa”.
Los visitantes conocerán asimismo los trucos para proteger el tesoro verde ante los insectos dañinos. Uno de ellos era el tabaco, que se cultivaba en la vecindad del lúpulo, y del que se elaboraba un líquido cuyo aroma alejaba a los parásitos. Por su parte, el cultivo de guisantes atraía a las mariposas, depredadores que protegían las plantas.
El trabajo duro proseguía en los almacenes y en las salas de embalaje donde trabajaban muchas mujeres que, además de tener que pisotear el lúpulo al carecer de prensas, tenían que manipular costales de hasta 200 kilógramos de peso.
La exhibición presume asimismo de una serie de herramientas históricas para recolectar y procesar el lúpulo. Un invento auténtico de Žatec, que se extendió a lo largo de Europa, es el “estropajo”, una construcción de alambres para el cultivo del lúpulo diseňada para toda la vida útil de esta planta trepadora, que llega a ser aproximadamente de 30 aňos.
El Museo del Lúpulo de Žatec es conocido entre los cerveceros a lo largo del mundo, afirma Valeš.
“Vienen de todo el mundo. Los países más lejanos de donde vinieron son los de América del Sur, por ejemplo, de Chile y del Perú, también de América del Norte e incluso de Nueva Zelanda y de Tasmania. En todos estos lugares se cultiva el lúpulo y cuando viajan a Europa, nos visitan”.
El mayor cliente de los cultivadores del lúpulo rojizo de Žatec es Japón, cuyos cerveceros llevan comprando este oro verde checo desde hace más de un siglo.
El museo cuenta también con entretenimiento para niños, que durante la visita cumplen varias tareas que los llevan a descubrir un tesoro del que se pueden llevar un recuerdo.
Para más entretenimiento, los visitantes pueden acudir al vecino 'Templo del Lúpulo y de la Cerveza' que ofrece un laberinto de costales de lúpulo, el 'Faro del Lúpulo' con unas vistas espectaculares a la región y una proyección en 3D, la exhibición 'La Sala de Escudos” o un laboratorio alquimista secreto. En el recinto encontrarán el 'Reloj del Lúpulo' (Chmelový orloj) que en lugar de apóstoles tiene naipes y, además del tiempo, indica asimismo los trabajos de procesamiento del lúpulo durante el aňo.