Chequia cumple una semana sin mascarillas
Los checos cumplen su primera semana sin mascarillas. Pueden respirar libremente en espacios exteriores e interiores. La única limitación es el Metro capitalino y las aglomeraciones de más de cien personas en lugares cerrados.
La República Checa fue uno de los primeros países europeos en aplicar de manera masiva y obligatoria el uso de masacrillas con el propósito de evitar la expansión del coronavirus. Todo indica que la medida, a la que hay que agregar otras, dio buenos resultados ya que el país se encuentra entre los de riesgo controlado.
En la última y mayor etapa de levantamiento de restricciones, el Gobierno decidió eliminar hace una semana la obligatoriedad de las mascarillas en los espacios abiertos y públicos, medios de transporte, con excepción del Metro de Praga, y en espacios interiores con más de cien de personas.
El ministro de Salud Adam Vojtěch dijo a la Radio Checa que en este momento el uso de las mascarillas será un asunto individual.
“Hemos pasado de las medidas generales a la responsabilidad individual. Y cada persona puede decidir si usar la mascarilla o no. En particular, me gustaría recomendarla a aquellos que tengan síntomas de la enfermedad COVID-19”.
A pesar de los éxitos alcanzados la lucha contra el coronavirus no ha terminado. Los especialistas en epidemias checos trabajan de manera intensiva para desarrollar una vacuna y mejores métodos para la protección de los ciudadanos, dijo el ministro Vojtěch.
“En Praga el número de casos no ha crecido de manera significativa, por lo que podemos estar satisfechos, pero todavía necesitaremos tiempo para una realizar una evaluación objetiva de la situación”.
El uso de mascarillas seguirá siendo obligatorio para el personal en hospitales e instalaciones sociales con atención hospitalaria.
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De acuerdo con el ministro Vojtěch el desarrollo de la situación en las próximas dos semanas decidirá si las mascarillas se eliminarán por completo en todos los espacios de la capital.
No obstante, todo lo contrario ocurre en las regiones de Karviná y Frýdek-Místek, en Moravia-Silesia, donde se registra el mayor brote de coronavirus en este momento. La obligación de usar mascarillas en el transporte y lugares públicos rige desde hace casi cuatro meses, y todo parece indicar que dicha restricción se mantendrá por algún tiempo todavía.
Un estudio de la agencia demoscópica CVVM sostiene que en los últimos dos meses un 94 % de los checos usaba mascarillas en los espacios públicos, pero a partir de mayo bajó a un 84 %, cuando a partir del día 25 se permitió salir sin cubrirse la nariz y la boca en los lugares al aire libre y a una distancia mínima de dos metros.
En el informe se indica que en caso de una nueva pandemia, más del 80 % de los ciudadanos aceptarían que se les mida la temperatura en espacios públicos, tampoco les molestaría una limitación de la libertad de movimiento, mientras que un 81 % estaría de acuerdo con volver a llevar las mascarillas de manera obligatoria.