El checo que quiere remar desde Nueva York a Inglaterra
El aventurero checo Milan Světlík está por cumplir su sueño de atravesar el Atlántico. El viaje, que durará alrededor de cuatro meses, lo realiza en una nave especial con remos.
Milan Světlík, un proyectista checo-estadounidense que vive en Nueva York desde hace catorce años, está, literalmente, a punto de cumplir su gran sueño. A principios de esta semana dejó atrás la costa norteamericana e inició su viaje rumbo a Europa en una nave de remos.
Según cuenta, la mayoría de las personas nunca cumplen sus sueños de la infancia. Světlík no quiere arrepentirse un día de no haberlo intentado. Si midiéramos la distancia entre Nueva York y la costa de Inglaterra, serían casi 5280 kilómetros. Pero en el mar nunca se trata de una línea recta y Světlík sabe que no es un viaje seguro. Ha considerado incluso el posible contagio de coronavirus, que, en su caso, le pillaría rodeado por agua, en medio de la nada.
“Por supuesto, estoy un poco preocupado. Si me enfermo, simplemente tendré que esperar a que se me pase. No puedo tenerle miedo a todo. Si estuviera preocupado todo el tiempo, no lo lograría”.
El aventurero planea remar doce horas al día, un ritmo al que debería arribar a su destino en tres o cuatro meses. Se trata de un carga física extrema. Además, según comenta, es difícil anticipar el impacto que tendrá el viaje en su estado mental. No obstante, de acuerdo con Světlík, el aspecto psicológico del viaje ha sido una de sus principales motivaciones. Además del reto deportivo, por supuesto.
“Me interesa el lado psicológico, me gustaría averiguar qué impacto tendrá en mí el viaje. Quiero conocerme a mí mismo, a los 36 años. En cierto aspecto, también me atrae la calma, creo que me ayudará a despejar un poco la mente. Obviamente, el rendimiento deportivo también cuenta, es una carga extrema. El reto físico me motiva, pero también la posibilidad de sentirme más cerca de la naturaleza. No estoy muy seguro de qué esperar, pero la inseguridad me cautiva”.
Desde joven, Světlík se sentía atraído por el romanticismo de las aventuras y los grandes retos físicos. Admiraba al alpinista Reinhold Messner y devoraba sus libros. No obstante, la idea de remar a través del Atlántico surgió cuando leyó en internet que era algo posible de realizar. Světlík se puso en contacto con Bryce Carlson, quien remó a Europa desde Canadá y batió el récord Guiness, y también con una empresa inglesa que fabrica barcos de remos.
Světlík no logró encontrar patrocinadores, esfuerzo que complicó aún más la crisis actual, pero no dejó que esto estropeara sus planes. Para financiar su aventura, cuyo coste estima en unos 90 000 euros, ha utilizado sus ahorros y un crédito bancario.
El aventurero checo viaja en un barco especial de seis metros que no cuenta con motor, hélice ni vela. Milan Světlík tiene planeado remar el camino entero y todo ha sido adaptado a las condiciones del océano. La nave cuenta con tres paneles solares alimentados por dos baterías. Estas están conectadas asimismo con un filtro, gracias al cual Světlík contará con agua potable durante su largo viaje.
El lado técnico requiere preparación y atención, ya que si olvidase algo, sería una situación imposible de resolver, cuenta Světlík.
“Lo importante es que no olvide nada. No es como si uno sale de caminata o a la tienda. Reviso todo tres o cuatro veces y eso, por supuesto, genera un poco de estrés. Pero por lo demás estoy emocionado y preparado y espero que todo salga bien”.
Uno de los factores que más influirá en su travesía será el tiempo. Según destacó Světlík, la parte norte del Atlántico es conocida por su clima duro, sus corrientes, vientos y frío. Fue precisamente la situación climática que arruinó su primer intento a finales de mayo cuando se vio obligado a interrumpir su viaje después de cuatro días.
En su aventura, Světlík cuenta con un sistema de navegación, radio clásica y satélite y tres cámaras. Los dispositivos le ayudan a reportarse y a compartir la odisea con su fans, quienes pueden seguir su posición en tiempo real.