"La vida me ha atribuido papeles mucho más dramáticos que el cine"
La actriz Zdenka Sulanová fue una de las estrellas del cine checo en la época de entreguerras. Durante su carrera sólo rodó cinco películas que, sin embargo, le garantizaron la fama eterna. La juventud fresca, la voz dulce y el talento - éstas fueron las armas que le ayudaron conquistar para siempre el corazón del público checo.
"Mi primer encuentro con Zdenka Sulanová se realizó en 2003. Debo decir que esta dama, que entonces tenía 84 años, disponía de una vitalidad sorprendente y se convirtió para mí en un sinónimo de optimismo. Se ganó mi plena admiración porque, pese al éxito, su vida no fue nada fácil. Lamento que haya abandonado este mundo antes de la edición del libro en 2004".
Zdenka Sulanová le había contado al autor del libro muchas historias vinculadas con su vida artística. Según destacó Ales Cibulka, la edición del libro habría sido mucho más complicada sin su colaboración.
Lamentablemente, en los años 50 la actriz había quemado todos los afiches, críticas, recortes de prensa, fotos y otros documentos vinculados con su carrera. "Según me había confesado, había decidido entonces cortar con el pasado y comenzar una vida nueva", comentó Ales Cibulka.
Zdenka Sulanová soñaba desde pequeña con una carrera de actriz y cantante. Durante sus estudios en el Conservatorio de Praga, llamó la atención de representantes de empresas fílmicas que no vacilaron en contratar a la joven muchacha para la película "Vuelo hacia el cielo".
Pese a que se trataba de una cinta puramente sentimental, Zdenka Sulanová cautivó al público en el papel de la huérfana Lisa. El éxito logrado impulsó al cineasta Václav Bínovec a rodar la continuación de la película. Así, en 1939 tuvo lugar en los cines checos el estreno del filme "La felicidad de Lisa".La verdadera fama no se hizo esperar mucho tiempo. La película "Madla canta a Europa", sobre las aventuras de un coro juvenil, significó todo un éxito para la actriz y para el cineasta Václav Bínovec.
La canción principal "Esas laderas de Lesov", en interpretación de Zdenka Sulanová, que elogia las bellezas naturales de la República Checa, se transmitía por la radio y se vendía como pan caliente en el mercado discográfico. Durante la ocupación nazi adquirió el significado de una canción patriótica.
Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, Zdenka Sulanová fue calificada por el nuevo régimen comunista de "estrella capitalista" y el director de cine Václav Bínovec fue acusado de colaborar con los nazis. A Zdenka Sulanová le prohibieron filmar. Su fama y popularidad fue reemplazada por una brusca caída.
La actriz trabajó como vendedora y luego como jefe de la sección dramática de la Empresa Fílmica de Praga. Después de los cambios democráticos en 1989, fueron escasas las invitaciones por parte de la radio y la televisión.
En una de sus últimas entrevistas Zdenka Sulanová afirmó: "No lamento tener que despedirme tan pronto del cine. La vida me ha atribuido papeles mucho más dramáticos de los que podría ofrecerme la pantalla grande".