Alena Vrzánová, la reina checa del patinaje artístico
El patinaje artístico le abrió las puertas al mundo. Dos veces conquistó la medalla de oro en el Campeonato Mundial y una vez ganó el Campeonato de Europa. Alena Vrzánová era una patinadora fenomenal que merecía ser considerada la "reina del patinaje artístico".
Poco tiempo después, Vrzánová desapareció del deporte checoslovaco, así como del patinaje artístico competitivo. El motivo fue simple. La patinadora rechazó someterse al dictado de las autoridades comunistas de entonces y en 1950, durante el Campeonato Mundial en Londres, decidió no regresar a Checoslovaquia y solicitó asilo en Gran Bretaña. Al recordar aquellos momentos en una reciente entrevista para Radio Praga, Alena Vrzánová, comentó que entonces tenía 18 años de edad.
"Oh, recuerdo bien aquello. Con anterioridad, dirigentes de la Unión Nacional de Deportes me habían dicho que, independientemente de si ganaba o no el campeonato, después de concluir me iban a mandar a Moscú donde trabajaría como entrenadora de patinaje artístico. Yo era joven todavía y quería seguir patinando activamente y viajar por el mundo, por lo que decidí emigrar".
Algún tiempo estuvo en Gran Bretaña para después radicarse en Estados Unidos, donde vive hasta el presente. Allí logró actuar en espectáculos sobre hielo de varias destacadas compañías artísticas. Al terminar la carrera artística, Alena Vrzánová y su esposo, también de origen checo, pusieron varios restaurantes de estilo checo.
Alena Vrzánová nació en Praga en mayo de 1931. En su familia habían profesores universitarios, así como propietarios de fábricas. Su padre era un alto funcionario del Ministerio de Finanzas y su madre cantante de ópera. A muy temprana edad Alena comenzó con el patinaje artístico. En 1947, a sus dieciséis años de edad, registró su primer gran éxito, situándose en el quinto lugar en el Campeonato de Europa de Patinaje Artístico.
Los especialistas apreciaban su excelente técnica, así como la elegancia con la que Alena se movía sobre la pista de hielo. Vrzánová fue la primera patinadora artística sobre hielo a nivel mundial en realizar en 1949 el doble Lutz, causando entonces asombro entre los miembros del jurado y ganándose la admiración de los espectadores.
De no haber existido en su tiempo barreras políticas entre el Este y el Oeste, seguramente la vida de Alena Vrzánová se habría encaminado por otras vías. Pero así se vio obligada a emigrar y pronto le siguió su madre. Al padre de Vrzánová le fue prohibido salir de Checoslovaquia y pudo ver a su familia en Estados Unidos recién después de trece años. A su vez, Vrzánová tuvo que esperar cuatro decenios para poder volver a su país.
A comienzos de los años noventa, Alena Vrzánová finalmente pudo regresar a su Patria. "Siempre he deseado volver, pero la verdad es que no esperaba que algún día mi deseo se cumpliría", dijo Vrzánová en entrevista para Radio Praga.
"Fue algo increíble. Yo tenía muchas ganas de volver pero a la vez temía cómo iba a recibirme la gente aquí. Mis preocupaciones se desvanecieron pronto. Los viejos amigos me recibieron excelentemente. ¿Y los demás? La mayoría, especialmente los jóvenes, ni saben que este país tuvo una campeona del mundo en patinaje artístico. Pero poco a poco la gente se va enterando de muchas cosas. Y me invitan a escuelas para dar charlas sobre mi vida y mis éxitos deportivos".
Actualmente Alena Vrzánová pasa una parte del año en Estados Unidos y otra en la República Checa. Asegura que, estando en Praga, nunca olvida visitar el barrio de Vinohrady, donde pasó su infancia, y el Estadio de Invierno, donde comenzó a patinar.