Director de orquesta costarricense en Mariánské Lazne
La ciudad balnearia de Mariánské Lazne fue escenario en estos días de un concierto de la Orquesta Sinfónica del Oeste de Bohemia bajo la batuta, como director invitado, del costarricense Norman Gamboa.
El programa consistió en la obra Improvisación para Cuerdas, del compositor contemporáneo costarricense Benjamín Gutiérrez, El Amor Brujo, del español Manuel de Falla, y la Segunda Sinfonía en Re mayor de Beethoven. Como solista cantó la mezosoprano estadounidense Ann Marie Snook. Luego del concierto conversamos con el joven músico.
¿Cuál ha sido su experiencia con respecto a la forma de interpretación de los músicos checos de la obra de Gutiérrez?
"Pues es diferente ya que cuando se tocan obras de este tipo en Costa Rica generalmente se da por hecho muchos de los detalles que el compositor ha escrito. Por el contrario, cuando se presentan en otros países con otras orquestas, se les pone generalmente más atención y esto da como resultado una versión más nueva y más fresca del mensaje del compositor en la obra".
¿Cómo cree Vd. que fue la relación de los músicos y del público con la obra del compositor Manuel de Falla?
"La idea mía, después de presentar el repertorio costarricense, era la de seguir con el repertorio hispanoamericano y pensé que talvez uniendo la Improvisación para Cuerdas de Gutiérrez con el Amor Brujo de Falla era una manera de presentar un programa variado a un público que no está tan acostumbrado a este tipo de obras. La recepción de la obra fue bastante buena y la orquesta está muy interesada de que yo haya traído un repertorio bastante fresco y nuevo".
¿Cuáles fueron los criterios para haber seleccionado la Segunda Sinfonía de Beethoven como parte del programa?
"Además de hacer el repertorio hispanoamericano me parece que es importante mantener cierto ligamen con el repertorio estándar orquestal. La Segunda Sinfonía de Beethoven es una obra que más o menos representa mucho del estilo temprano del compositor y que no es ejecutada muy frecuentemente ya que para muchos es considerada una de las obras más difíciles que escribió. Particularmente es una de las obras más bellas de Beethoven en mi opinión y cuando se me dio la posibilidad de venir a dirigir acá hice mis ofertas de repertorio y fue aceptada".