A los checos no les gusta mudarse por motivos laborales
Según las estadísticas, la República Checa está entre los países europeos con menor movilidad laboral. A pesar de las ventajas que ofrece el trabajo en el extranjero, los empleados checos se niegan a abandonar su país. Muchos de ellos incluso rechazan mudarse dentro de la República Checa.
Lenka, traductora de 29 años de edad, dice que sería capaz de abandonar el país por motivos laborales.
"En caso de que se trate de una oferta de trabajo realmente seductora, estaría dispuesta a mudarme no sólo dentro de la República Checa, sino también por Europa o por todo el mundo. Pero tendría que ser una oferta lo suficientemente atractiva para que no me dé pena abandonar este país".
Al preguntarle qué significa para ella un trabajo atractivo, Lenka dice que dependería de la situación en que se encontrara.
"No puedo decir concretamente cuál sería para mí un trabajo atractivo. Supongo que me dejaría llevar por el instinto. También pensaría si podría enriquecerme de algún modo y si me llegaría a ser útil en el futuro".
Según los especialistas, los norteamericanos cambian de trabajo cada siete años en promedio y no dudan en mudarse al otro lado del continente. Los europeos, y los checos en especial, son mucho más conservadores. Suelen quejarse del paro en su región, pero no se les ocurre buscar trabajo en otra parte del país o en el extranjero.
Uno de los factores que influyen en la baja movilidad laboral de los checos es que se toman la vida en pareja con más seriedad que en otros países. A la hora que un miembro de la pareja encuentre trabajo en el extranjero, surge el problema de encontrarlo también para el otro y, en la mayoría de los casos, los dos prefieren no salir.
Lenka reconoce que su vida privada influiría bastante sobre la decisión de una eventual mudanza.
"La vida en pareja es muy importante para mí. Me imagino que podría acompañar a mi novio adonde quiera, pero no sería capaz de abandonarlo por un trabajo".
Según los sociólogos, depende también de las condiciones de vivienda en las que se encuentre la persona. Los que poseen una casa o un piso propios, tienen más dificultades para abandonarlo que aquellos que viven en pisos alquilados. Por el contrario, Lenka no lo ve como un obstáculo insuperable.
"Claro que lo del piso lo tomaría en cuenta a la hora de decidir, pero no creo que me limitase de tal forma que no fuese capaz de abandonarlo".
Otro factor que influye en la decisión de la gente es la cuestión financiera. La mudanza supone, en la mayoría de los casos, unos gastos iniciales bastante elevados, y no todo el mundo puede permitírselos.También el transporte al lugar donde se va a trabajar puede convertirse en un problema si la distancia resulta excesivamente larga. La compañía de asesoramiento Price Waterhouse Coopers advierte que en la mayoría de los países de Europa Occidental los empleadores suelen cubrir los gastos de transporte y alojamiento de sus empleados.
A Lenka esto le parece muy bien, pero destaca que depende de cada situación específica.
"Según mi opinión, depende de las condiciones en que se encuentre el empleado. En caso de que su empleador le obligue a mudarse, debería de cubrirle los gastos relacionados con la mudanza. Pero si uno se va voluntariamente, es otra cosa, y debería pagárselo uno mismo".
Según las estadísticas realizadas entre los años 2004 y 2006, y publicadas hace un mes por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, el país preferido por los checos que buscan trabajo en el extranjero es Gran Bretaña. El año pasado fueron registrados unos 55 mil checos empleados en los países de la UE y en Suecia, de ellos 17 mil en Inglaterra.Según Vera Kolmerová, gerente del portal europeo de movilidad laboral EURES, el gran número de checos que trabajan en Gran Bretaña se debe, sobre todo, al inglés como lengua materna de ese país.
También Lenka afirma que al escoger el lugar se dejaría influir ante todo por la lengua y la cultura.
"Puesto que domino bien el español, escogería algún país hispanohablante, ya sea España, ya sea México, u otro país de América Latina".
Kolmerová asimismo dice que la República Checa y Eslovenia eran en 2004 los países que acusaban menor movilidad laboral dentro del grupo de los que entraron ese año a la UE. Lenka opina que los checos aún no saben apreciar la experiencia que les puede aportar un trabajo en el extranjero.
"Todavía no estamos acostumbrados a mudarnos por motivos laborales. También somos bastante cómodos y nos cuesta mucho viajar al trabajo, aunque sea sólo 30 kilómetros. Deberíamos aprender a decidir cuál es nuestra prioridad: tener un trabajo que no nos guste pero que esté en el barrio en que vivimos, o trasladarnos para conseguir el puesto que deseamos".Y, ¿qué tal Ustedes, queridos radioescuchas? ¿Están dispuestos a mudarse para conseguir el trabajo de sus sueños?