Los checos poco a poco cambian sus costumbres alimenticias
Carne de cerdo, pastas, pan de harina cocido acompañado de espesas salsas de crema de leche, así como platos dulces caracterizan a la cocina checa. La verdura y la fruta escasean en el menú nacional. Los especialistas advierten que desde los años cincuenta del siglo XX se triplicó en este país el número de ciudadanos obesos. El mismo problema lo enfrentan también otras naciones y se busca una manera adecuada para combatir ese mal. Los médicos insisten en la necesidad de cambiar radicalmente las costumbres alimenticias y de moverse más. Al respecto hemos conversado en A Toda Marcha con algunas amas de casa.
La señora Jana, de Praga, considera que la comida tradicional no es el único causante de la obesidad.
"Hay que decir que la cocina tradicional con mucha grasa y salsas se venía sirviendo en este país desde hace tiempo y no había tanta gente gorda como hoy. Creo que es bueno cambiar las costumbres alimenticias de la población, pero no es porque la comida tradicional sea mala o dañina, sino porque su consumo no concuerda con el modo de vida actual que es cada vez más sedentario", señaló Jana.
Lenka, de un pueblo de Bohemia Central y madre de dos hijos, agrega que muchos problemas se deben al escaso movimiento y que esto se hace patente especialmente en los niños.
"En los últimos años son cada vez más los niños con sobrepeso, pero estoy convencida que ello se debe en gran medida al hecho de que en las escuelas tienen actualmente muy pocas horas de educación física. Son pocos también los niños que practican deportes en su tiempo libre o que, como se hacía cuando yo era niña, se juntan después de las clases y pasan la tarde corriendo y jugando en un parque. Hoy los niños prefieren sentarse junto a una computadora y comunican con sus amigos por Internet", dijo Lenka.
Hana, una maestra de escuela de Bohemia Occidental también cree que tanto a niños como a adultos les falta hoy más movimiento. Agrega que no es justonotas que se acuse a las escuelas de no hacer nada, porque en primer lugar deberían ser los padres quienes inculquen a sus hijos hábitos saludables. En vez de eso, según Hana, les compran computadoras y los llevan a los Mac Donalds u otros lugares semejantes.
"Esa comida es una cuestión de moda que apareció en la República Checa en los últimos veinte años. Antes no habían los Mac Donalds aquí y la gente también vivía. Y creo que se alimentaba mucho mejor. No le impido a nadie que vaya a esos lugares, pero a mí esa comida no me gusta", indica Hana.
Jana agrega que todos somos muy flojos actualmente y que esto representa un grave peligro para la salud.
"Hoy en día todo es automatizado, mecanizado y las personas nos hemos acostumbrado a esa mayor comodidad y a pasar todo el día sentados. Al trabajo viajamos en auto o en los medios de transporte urbano. Antes se iba caminando y era algo normal. Actualmente si le dicen a alguien que debe caminar unos dos kilómetros para llegar a un determinado lugar, casi se desmaya de susto. Si uno come comidas pesadas y grasosas y tiene escaso movimiento, claro que engorda", destaca Jana.
"Hay que decir, sin embargo, que la juventud comienza a cambiar sus costumbres alimenticias. Se interesa por su estado de salud y consume más verduras, frutas, pescado y otras delicias de la cocina sana. Pero los mayores siguen deleitándose con platos grasosos", matiza Lenka.Al preguntarles a las tres señoras sobre las costumbres alimenticias de sus familias, Jana fue la única que admitió que en su casa se come de todo.
"Debo reconocer que en mi casa todos tenemos algunos kilos de más. Nos gusta la comida internacional, consumimos ensaladas, pero también nos gusta la tradicional comida checa. En especial los platos dulces. Y todos somos muy flojos para los deportes", concluyó Jana.
Las costumbres alimenticias y el creciente peligro de obesidad en la era moderna fue el tema de esta A Toda Marcha.
Y ¿Qué opinan ustedes, amigos?